Cultura

"La poesía siempre será necesaria"

  • La autora presenta mañana su poemario 'Principio de la desolación', publicado por EH Editores

EH Editores presenta 'Principio de la desolación', un poemario de Josela Maturana (Melilla, 1959), prologado por Juana Castro. La cita será en la bodega Conde de los Andes (calle Diego Fernández Herrera, 10), mañana jueves, a las 20,30 horas, en la que intervendrá, además de la autora, el crítico literario Domingo F. Faílde. Josela Maturana ha sido distinguida con los premios 'Carmen Conde', 'Bahía de Algeciras' y 'Feria del Libro de San Fernando', entre otros. Sus versos evocan el mestizaje cultural que le nutrió durante la infancia en su ciudad natal. Licenciada en Filosofía y Letras y profesora de adultos en San Fernando, Maturana ha publicado recientemente un estudio sobre el analfabetismo en la mujer.

- ¿Dónde comienza la desolación?

- Comienza en cualquier lugar y en cualquier instante y, sobre todo, en la memoria, en aquello que vivimos. La desolación es un estado y una inquietud que nos hace estar vigilantes y atentos a lo que ocurre y ocurrió y también a lo que nunca pudo suceder ni sucederá. Connota extensiones, páramos, espacios y sentimientos donde parece reinar el vacío y la tristeza; pero, poéticamente, desde la creación poética, es para mí la desolación un principio donde puede hallarse la vida y la interpretación de la existencia. Así, cuando se escribe, la desolación se llena, se construye, se alza y posibilita que la deriva, los abandonos y las ausencias sean materia y lugar para mis poemas.

- Juana Castro dice en el prólogo que su poemario es un libro para leer una y cien veces. ¿Qué pistas le daría a un posible lector de 'Principio de la desolación'?

- He tenido la gran suerte de que Juana Castro prologue este libro. Creo que los lectores encontrarán en este prólogo las claves fundamentales que les ayudarán a una lectura más cercana y certera de sus poemas. Juana ha sabido expresar con enorme belleza y claridad la esencia del mismo. La sensación de que hay una niña perdida en el tiempo, la presencia de una mirada que persiste desde el principio hasta el final y que todo lo atraviesa, el clima cinematográfico, de imagen móvil o fotografía detenida que he querido plasmar como fondo y forma de lo sentido y escrito, la mezcla entre lo reflexivo y la narración que se exige para reconocer y para preguntar, la necesidad imperiosa de la mirada como una forma de estar en el mundo y mantener como legado y soporte vital lo que nos ofrece y otorga la memoria, y la búsqueda de una intertextualidad en lo real y en lo ficticio, la poesía y el mundo de los otros como asidero y esperanza posible, la escritura y la poesía como potestad y defensa ante la desolación que significan los vacíos, las ausencias, el abandono de todo lo que es irremediable.

- ¿Cree que puede hablarse de una literatura específicamente femenina?

- Creo que si es entendida como una poesía marginal, suburbial, de género, que tiene unos rasgos definitorios que la hacen ser femenina, no, porque considero que no se escribe mejor, peor, o de otra manera por ser hombre o mujer. Me molesta también que la poesía femenina sea utilizada como una moda a la que sacar un determinado partido o unos beneficios económicos. Sin embargo, sí creo, que la mujer, en la poesía, y en otras muchas facetas de la creación, ha tenido enormes dificultades para prosperar, para ubicarse, para ser reconocida; como asimismo es patente que la mujer, a pesar de lo mucho que hemos avanzado, debe seguir compaginando la creación poética con otras muchas tareas de las que el hombre se libera con más facilidad. La escritura es exigente y son muchas las mujeres que han tenido y tienen que escribir conciliando esta exigente dedicación con la maternidad, el cuidado de sus mayores, su trabajo fuera de casa, etc. Cuando la mujer entra en su habitación poética y se sienta en el escritorio está mucho más cansada que el hombre. Todo esto influye en nuestra sensibilidad, en nuestra percepción de las cosas y en la interpretación y la reivindicación de los sentimientos, las emociones y los pensamientos que nos forman y acompañan; en este sentido sí creo que exista una literatura no femenina, sino de mujer

- Usted ha publicado un ensayo sobre el analfabetismo en la mujer. ¿Sigue existiendo discriminación educativa de algún tipo hoy día en nuestro país?

- Este ensayo en un reconocimiento, un homenaje a la memoria de una generación de mujeres, antecesoras nuestras, que sacrificaron su progreso y su inserción en la cultura y en la educación, la mayoría no fueron a la escuela, tuvieron que trabajar desde muy niñas. Su sacrificio es ejemplar porque ha posibilitado que las generaciones posteriores de hombres y mujeres estudien y tengan acceso a la educación, que debe ser un bien de todos y para todos.

- ¿Qué lecturas le han dejado más huella?

- Las lecturas recitadas de cuentos, romances antiguos y poemas de Lorca, Machado, Neruda, Juán Ramón, que se leían en voz alta en mi casa cuando yo era pequeña. Muchos libros de la biblioteca de mis abuelos, libros antiguos, de hermosa encuadernación, y de la biblioteca de mis padres. Me gusta la generación del 27, me parece insustituible, y el grupo del 50, pero también Garcilaso y Manrique y, esencialmente, Antonio Machado. He leído y leo mucha narrativa, Galdós y Baroja, Clarín, me parecen maestros, la novela del XIX, Balzac, Tolstoy, Flaubert y luego he aprendido mucho de Joyce, de Kafka, de Marcel Proust. Leo con dificultad pero con delectación a María Zambrano, y creo que hoy tenemos a un gran número de poetas y novelistas que me parecen magníficos y a los que procuro leer.

- ¿Es necesaria la poesía en el siglo XXI? ¿Por qué?

- La poesía siempre será necesaria. Cualquier tiempo está plagado de poesía y corre el riesgo de ser abandonado, estamos siempre expuestos a la felicidad y a la infelicidad. Por eso la poesía como reflexión, como encuentro, como indagación y lugar para interpretar y vivir y situarnos en el mundo será necesaria.

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