"He vivido siete vidas, como los gatos", comentaba Fernando Quiñones al final de sus días, consciente de lo grave de su enfermedad. "Aunque le faltó tiempo para escribir todo lo que planeaba escribir -comenta Amalia Vilches-, Quiñones encajó la muerte con gran serenidad, consciente de que había tenido una vida más que plena".

Esas siete vidas son las que Amalia Vilches intentará encerrar en Crónicas del hombre, la primera biografía realizada sobre el escritor gaditano. Una obra que verá la luz, posiblemente el próximo octubre de la mano de Alianza Editorial, en un año en el que coinciden varias efemérides en torno al autor: cuarenta años de la creación del Festival Alcances, veinticinco años de la publicación de La canción del pirata y diez años desde su fallecimiento, el 17 de noviembre de 1998.

Precisamente, ese día es el que está previsto tenga lugar la presentación de esta biografía, que contó desde el primer momento con la confianza y colaboración de la familia Quiñones. Todas las vidas del escritor gaditano no dan para un orden cronológico, "que hubiera sido casi imposible", sino por apartados. Así, la biografía está ordenada en temáticas como amigos, vivencias, música, viajes... Además, el libro contará con abundante material gráfico relativo a la vida y obra de Quiñones: "Se piensa incluir dos cuadernillos en los que, además de fotos, se escanearán documentos manuscritos, cartas, etc", comenta Amalia Vilches.

La autora afirma que gran parte del tiempo de elaboración de este libro se lo ha llevado el reunir los testimonios de la gran cantidad de creadores y amigos que formaron parte de la vida de Quiñones: Pepe Hierro, Serafín Pro, Felipe Sordo Lamadrid, Félix Grande... Amalia Vilches apunta que, de todos los escritores relacionados con el escritor, Antonio Gala ha sido "el único" que no ha querido participar.

La filóloga afirma que, tras la muerte de Quiñones, pasó un año entero leyendo su obra. "Y cuando quise ponerme a escribir -explica- vi que aún lo tenía todo demasiado cerca, que necesitaba tiempo para distanciarme y tomar un poco más de perspectiva".

Para Vilches, Fernando Quiñones reunía unas "categorías artísticas y humanas excepcionales, y entre sus obras hay títulos imprescindibles de la literatura española del siglo XX -afirma-. Dominaba muchos registros y sabía reflejar el habla gaditana como nadie". A su juicio, Quiñones era un relatista nato - "Ya sabes que no le gustaban las connotaciones peyorativas que implicaba la palabra cuentista", explica.

Apunta Vilches la importancia absoluta que tuvo para él lo gaditano: "De hecho -indica- su mujer, Nadia, siempre consideró a Cádiz como una rival". Fernando Quiñones quería a Cádiz más allá de chovinismos, "con el bagaje del que ha estado por todo el mundo y escoge este rincón".

Tal vez precisamente por ser un "gran defensor cabal de la gaditaneidad", a Fernando Quiñones no le gustaba el Carnaval. "O, al menos -indica su biógrafa- no le gustaba el Carnaval tal y como había terminado siendo. Aunque sí le gustaba, por supuesto, como fiesta en origen. Además, lo consideraba un gasto mal empleado en una ciudad, y en unos barrios, tan necesitados de inversiones en cosas más fundamentales".

"Fernando se levantaba a las cinco de la mañana para escribir y hablar con los pescadores -rememora Vilches-. Sus ojos y oídos estaban abiertos constantemente y esta manera de vivir, sus experiencias, han quedado reflejadas en sus libros".