4 de diciembre 30º aniversario del Pacto de Antequera

Las raíces del andalucismo

  • Ruiz Romero analiza en su última obra, Premio de Historia Ateneo de Sevilla, las razones por las que arraigó el sentimiento nacionalista en la Andalucía de la Transición

De no haber sido por Manuel Ruiz Romero (Sevilla, 1959) la historia del andalucismo, desde una perspectiva infantiana, sería una gran e ignota laguna. Desde hace más de dos décadas dedica su tiempo a indagar en las raíces del nacionalismo andaluz y en el papel que tuvo -y se le adjudicó- antes, durante y después de la Transición. Ha publicado decenas libros, participado en otros tantos congresos y escrito innumerables artículos en diversos medios, entre los que se encuentran los periódicos del Grupo Joly.

Su última obra, Tiempos de cambio: Andalucía hacia la Transición autonómica, ha merecido el VII Premio de Historia del Ateneo de Sevilla. ¿Por qué el sentimiento nacionalista arraigó de forma tan abrumadora en Andalucía al tiempo que el país iniciaba el camino hacia la conquista de la democracia? La Guerra Civil había enterrado el proceso autonómico e impedido que Andalucía se dotase mediante referéndum de un estatuto similar al que habían ganado Cataluña y País Vasco. Blas Infante y la blanquiverde llevaban enterrados 40 años. ¿Quién se encargó de desenterrarlos? ¿Cómo se propició la movilización ciudadana masiva del 4 de diciembre de 1977? ¿Qué llevó a los partidos con representación a firmar justo un año después el Pacto de Antequera?. "La espontaneidad no existe en la Historia", sentencia Ruiz Romero.

Su trabajo para dar respuesta a ésas y otras cuestiones ha sido pionero. A lo largo de los años ha contado con el privilegio de contar con el testimonio de muchos de los protagonistas de un proceso histórico en el que la sociedad y sus representantes políticos caminaron de la mano. "Andaluz, éste no es tu referéndum", fue el lema de la contracampaña al referéndum de autonomía del 28 de Febrero de 1980. Se equivocaron.

Romero considera que entre las razones que impulsaron el sentimiento nacionalista estuvo un movimiento intelectual muy fuerte y comprometido -"a diferencia de lo que hay hoy", se lamenta el autor- con las tendencias regionalistas/nacionalistas, unido a un movimiento artístico muy crítico con el franquismo. Unos y otros se encargaron de impulsar las figuras de Lorca, Machado, Cernuda... del propio Infante.

La crisis económica también jugó en favor de la autonomía andaluza. "Las inversiones llevadas a cabo en el tardofranquismo se concentraron más allá de Despeñaperros, en el triángulo de Cataluña, País Vasco y Madrid, y el andaluz veía cómo una tierra rica en recursos como la suya tan sólo era apreciada como fuente de mano de obra barata para la emigración", apunta Ruiz Romero.

Pero la emigración no fue neutral en el proceso autonómico. Como los cantes, fue un fenómeno de ida y vuelta. Explica Romero que aquellos que se fueron a Alemania, a Francia o a Cataluña -la colonia andaluza en esta última alcanzó el millón de personas- vieron cómo en sus lugares de acogida se asía con orgullo la bandera autóctona como elemento identitario. En correspondencia, la blanca y verde se convirtió para todos ellos en el símbolo que les unía en la distancia a su tierra de origen.

La tesis de Ruiz Romero se completa con el papel jugado por los medios de comunicación y los incipientes partidos políticos, dos poderes que se aliaron sin medias tintas tal y como quedó demostrado con ocasión del referéndum. La prensa fue el "vehículo de socialización del andalucismo", una ideología que abrazaron en diferente gradación algunos derechistas moderados, los centristas y la izquierda de todo espectro en aras del consenso. El PSLA de Manuel Clavero, el PSA y el PTA marxista-leninista fueron, según la investigación de Ruiz Romero, quienes se situaron en la primera fila de un proceso al que también se sumaron algunas élites locales "reconvertidas".

"El proceso de descentralización de España y la súbita aparición de la cuestión regional en la agenda política española hicieron el resto y acabaron por despertar la conciencia autonómica de los andaluces", concluye Ruiz Romero.

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