Cante

Un recorrido por los cantes de siempre

Mayte Martín ofreció un amplio recital de cante en González Byass.

Mayte Martín ofreció un amplio recital de cante en González Byass. / Manuel aranda

El flamenco es tan amplio como creatividad aporte cada voz cantaora. Pues a partir de una mirada a la esencia, a lo que otros han creado, cada artista es capaz de viajar al ayer con el fin de desembocar en el futuro y entienda que no hay mayor tesoro que la verdad.

Desde esa perspectiva, entendemos, Mayte Martín realiza un recorrido por determinados estilos de cantes cuyas versiones han quedado en la memoria de todos, pero que desde su perspectiva sentimental adquieren un determinado sentido alejándonos de posibles comparativas, pues no hay mayor virtud en el arte que la de no parecerse a nadie.

Mayte Martín consigue ser única por defender un estilo en permanente desarrollo y creatividad, haciendo gala de sus posibilidades interpretativas y acercando al cante a la intelectualidad sonora. No es una cantaora mediática que intente convencer a todos los públicos, pues su línea se distancia de la bravura que acostumbramos en esta zona. Rechaza, aparentemente, la espontaneidad en los tercios desarrollando cada cante como está establecido, según algunos.

Su motor principal es la afición, porque el dominio en su repertorio está al alcance de muy pocos en la actualidad. La sutileza es el arma para convencer. La finura y el buen gusto. Podríamos decir que disfrutamos de una diosa entre doce apóstoles.

Fue la Bodega González Byass la que acogió a esta grande del flamenco catalán colgando el cartel de no hay billetes horas antes del comienzo de la actuación. Recital que forma parte del ciclo 'Flamencos y Poetas', epígrafe que despista por momentos al recurrirse en contadísimas ocasiones a algún literato concreto y volcarse en el gran legado popular con el que cuenta el flamenco.

Su presencia en el escenario comunica serenidad y dominio. Un flamenco entre algodones que parece levitar en el inicio de la ya madrugada con 'La rosa cautiva' de los autores Quintero, León y Quiroga. Tras este comienzo en memoria a Juanito Valderrama, la artista derrocha sabiduría en los fandangos. Desde el estilo de Manuel Torre hasta el de Cepero, pasando por los de Huelva.

A todo esto, el acompañamiento de Salvador Gutiérrez sugiere una delicadeza extraordinaria. Una comunicación que se aprecia sobremanera en los tientos y tangos en los que Mayte reconstruye el legado de referentes como 'La Niña de los Peines' o los que dejaron dicho los gitanos del Sacromonte de Granada, sin olvidarse de 'La Repompa de Málaga'.

Muestra un gusto exquisito en la soleá. Obra cumbre de la noche. Pasea sus inquietudes por el conocido triángulo flamenco comenzando en Alcalá, llegando a Cádiz y Los Puertos, sin olvidar Triana ni Jerez. En esa forma se expresa por bulerías en las que aparecen, de nuevo, el trío de autores andaluces del principio. Cuenta con el acompañamiento de Pau Figures, como segunda guitarra, y de Chico Fargas, a la percusión. Brillantes.

Se despide de Jerez con un público en pie y con ganas de más, a pesar de llevar una larga hora y media en el escenario, con la interpretación de una suite en la que aparecen malagueñas, granaínas, rondeñas y jaberas.

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