Guitarra

El reinado aperturista de Parrilla

Manuel Parrilla, en un momento de la presentación de 'Pa mi gente', en la noche inicial del Festival.

Manuel Parrilla, en un momento de la presentación de 'Pa mi gente', en la noche inicial del Festival. / Manuel aranda

Ha merecido la pena. Pese a contar con una trayectoria de éxitos durante décadas, el guitarrista Manuel 'Parrilla' no había considerado ofrecer un espectáculo como el vivido en la noche inicial del Festival de Jerez. Congregó a un gran número de adeptos a la guitarra que lo siguen por toda la geografía y que vibran con cada nota que regala el jerezano.

Actuación que refrenda la imagen prestigiosa con la que cuenta en el flamenco y que, de nuevo, pone en el lugar que merece a su saga. Imprime en cada gesto la intensidad del concepto familia de los gitanos porque entiende que no hay que caminar solo. Manuel cuenta con un lenguaje musical extenso y aperturista que nos traslada a la universalidad de lo jondo. Ahí radica su grandeza. Es capaz, además, de expresar su propio discurso a través de una personalidad creada desde un estudio férreo salpicado por el experimentalismo del que no prescinde al haber nacido en una familia de intérpretes y creadores.

Este espíritu inquieto sigue aportando a la historia actual de la sonanta, tanto de acompañamiento como de concierto, pues a la vista de lo que ocurrió en la noche del viernes es justo valorar como extraordinaria la faceta más creativa de Parrilla. Como necesario es resaltar la humildad de este "rey" de la guitarra que siempre dio el sitio a sus acompañantes.

La precisión de su técnica implica responsabilidad en las tablas desde la intimidad absoluta y la solemnidad requerida cuando abre por rondeñas y se acuerda de su tío Manuel en la seguiriya. Recuerda a Moraíto en la bulería por soleá en la que se crece sobremanera imprimiendo toda su esencia. Debió ser eterna. Estuvo enorme en los fandangos y en las alegrías, dedicadas a "momá Juana" y a "mi compañera Antonia", respectivamente. Pero el "rey" necesita cerca a su familia. Por eso se inspiró en su musa, una Dolores Agujetas que apareció como una estrella fugaz que nos deja siempre mirando al cielo por si apareciera de nuevo. Por seguiriyas de Manuel Torre y algún fandango, creó el ambiente más oportuno para inspirar a Parrilla, enorme en su faceta de acompañamiento.

Entramos entonces en el palacio musical de Bernardo Parrilla y Juan Parrilla, hermanos de Manuel que remaron en la dirección del éxito a través del violín y la flauta, del alma y del cuerpo. La comunicación entre ellos sólo la da la sangre. ¡Qué familia!

Las palmas de Juan Diego Valencia, Carlos Grilo y, además de voz, El Londro estuvieron precisas en todo momento, así como la percusión de Ané Carrasco, otro músico de primera de nuestra ciudad. Sandra Rincón nos regaló su melosa voz en las bulerías 'A mi Manuela', dedicada a la hija del artista. Todo quedó en familia, todo concluyó con Juan Parrilla, patriarca de este reino que es, en gran parte, culpable de la grandeza musical de esta generación y que nos deleitó con un baile por bulerías cargado de gracia removiendo las entrañas de todo el que, justamente, admira a cada miembro de esta pródiga familia de artistas de Jerez. Recuerdo para Ana Parrilla.

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