Flavia Company. Escritora

"Esta época ha tergiversado los valores reales de la esencia humana"

  • Con 'Haru' la autora argentina abraza la filosofía oriental y reivindica la austeridad o el silencio como vías para entender y enriquecer la vida interior.

"Ni envuelto en seda ni de tapa dura. Haru es algodón y artesanía, algo armónico pero no perfecto". Así defiende Flavia Company la encuadernación de su último libro, de tacto áspero y con un corte irregular en el filo de las hojas, pues "la apariencia tenía que ser coherente con el contenido del libro". Y teniendo la suerte de ser de las primeras en publicar con el sello Catedral tenía la oportunidad de "pedir cualquier cosa". Así, aprovechó para personalizar hasta el último detalle esta emotiva historia que cuenta el camino vital de una joven desde su entrada en una escuela de tiro con arco hasta sus últimos días.

-Es difícil averiguar en qué momento histórico ocurre Haru porque apenas hay puntos de referencia tecnológicos.

-La pretensión era esa, que nos diésemos cuenta de que no existe el tiempo. Hay mucho contacto con la naturaleza, que teóricamente ha de ser siempre la misma. Eso crea la sensación de intemporalidad. Además he empleado algunas aldeas en las que todavía se vive con una austeridad muy lejana a la confortabilidad occidental. Sin embargo sí aparecen dos elementos que dan alguna pista: un coche y unas luces de neón.

-La contraportada no hace mención a una sinopsis, sino que en su lugar está la siguiente frase: "Después de leer la historia de Haru leerás tu vida de otra manera".

-No hay sinopsis porque Haru es algo más que la historia de una vida. Haru somos todos y lo que se lee en este libro no es otra cosa que nuestra propia vida contada desde fuera. Esa capacidad de irse de uno mismo para verse desde fuera es lo que permite empatizar, comprenderse, perdonarse y verse como al otro.

-Natural de Argentina y afincada desde hace muchos años en España. Y en cambio escribe un libro ubicado en algún lugar de Japón y del que se destila mucha filosofía oriental.

-Siempre me han interesado culturas que no son la propia ni la que se me supone. Quería crear un mundo imaginario como pueden haber sido, salvando todas las distancias, lugares como Macondo. Un sitio imaginario pero que responde a una realidad. Es obvio que se trata de Oriente, pero no he querido hacer mención a ningún lugar específico, ni siquiera Japón.

-En alguna entrevista ha confesado ya que éste es "el libro de su vida".

-Una arquera se prepara toda su vida para un disparo. Después de haber abandonado la estúpida ilusión de querer dar en la diana y de saber que todo forma parte de todo, consigue fundirse con el arco, la flecha y el aire. Después de todo, ese disparo es inevitable. Pues esta obra es inevitable, es mi fusión con la literatura. He dedicado 35 años a escribir y de pronto ha surgido lo inevitable, lo que no puede dejar de escribirse. Y esto es Haru. Algo que no surge de mi voluntad, sino de aceptar lo que la fe te da.

-El silencio en esta historia aparece en dos ocasiones. En una es obligado y en otra agradecido. ¿Cuál es su sentido?

-El silencio es un lujo en un mundo lleno de ruido. Es algo necesario para escucharnos a nosotros mismos, y sólo si lo hacemos podemos llegar a conocernos.

-Una de las enseñanzas de su libro es el rechazo de la apariencia.

-Vivimos en una época de tergiversación de los valores reales de la esencia humana. Y uno de los grandes deseos que siempre se han tenido es la invisibilidad, porque es un lugar privilegiado desde el que observar sin ser visto, lo que no es otra cosa que la libertad absoluta. Aquel que observa pero también es observado no puede ser libre, pues está siendo visto y juzgado.

-Y si lucha contra la apariencia, quiere abrazar la disciplina.

-En Occidente la palabra disciplina tiene muy mala prensa. Podemos utilizar otro término que da miedo pero no está mal visto: compromiso. Se capaz del compromiso también es conocimiento de uno mismo y libertad.

-¿Qué puede venir después de Haru si ya dice haber alcanzado el culmen de su obra?

-Cuando se hace una maratón no se puede frenar de golpe, sino que hay que andar todavía algunos metros más. Esos cuantos pasos son Yo significo algo, un poema de 900 versos que es el resultado del impulso de Haru.

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