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Cultura

Hay vida tras Jason Bourne

  • Tony Gilroy supera el reto de continuar la franquicia basada en la saga de Ludlum más allá de las novelas publicadas

EEUU, 2012, Acción. Dirección: Tony Gilroy. Guión: Tony Gilroy, Dan Gilroy. Música: James Newton Howard. Intérpretes: Jeremy Renner, Rachel Weisz, Edward Norton, Stacey Keach, Donna Murphy. Cines: Yelmo, Carrefour Sur, Bahía Mar (El Puerto), Las Salinas (Chiclana) y Al-Ándalus (Sanlúcar).

UNO. Robert Ludlum (1927-2001) fue un hábil escritor de bestsellers de espionaje que prolongó con un estilo más moderno y una apariencia más realista la herencia de Eric Ambler, Donald Hamilton, Len Deighton y Richard Condon. Publicó su trilogía de Bourne, el agente secreto amnésico perseguido a muerte por los suyos, entre 1980 y 1990. Argumentalmente se trata del desarrollo del tema de la manipulación mental por parte de programas secretos gubernamentales que inspiró novelas y películas desde los años 50 (con The Manchurian Candidate de Condon -El mensajero del miedo, en sus dos versiones cinematográficas- como referencia absoluta).

DOS. Basándose en las renovadoras obras de Ludlum, Doug Liman y Paul Greengrass llevaron al cine la trilogía de Bourne entre 2002 y 2007 repitiendo el fenómeno de dar nuevas posibilidades de desarrollo a un género que, sobre todo tras la caída del bloque del Este, parecía agotado. La hábil escritura que sintetizaba procedimientos visuales y narrativos tomados de la publicidad, los videoclips y los videojuegos, a la vez que los hacía compatibles con guiños a las películas de espías de los 70 y les sumaba un estilo directo de reportaje televisivo, convirtió la trilogía de Bourne en un éxito y un modelo renovador para el cine de acción.

TRES. Filmadas las tres novelas protagonizadas por Bourne que escribió Ludlum, retirados de la serie Greengrass y Matt Damon, ¿cómo podía seguir explotándose la franquicia Bourne sin que se perdiera el plus de calidad en guión, dirección e interpretación que fue la clave de su éxito y estableció su marca diferencial en estos tiempos de tan mal y rutinario cine comercial? La decisión que se ha tomado es la mejor: convertir en su director al guionista de la trilogía, Tony Gilroy, que ha demostrado su competencia como guionista (además de los de la serie Bourne es el autor del espléndido guión de Eclipse total) y como director (Michael Clayton y Duplicity) .

CUATRO. Un tipo inteligente escribiendo y dirigiendo suele dar como resultado una buena película. Es el caso de esta cuarta entrega de Bourne sin Bourne que utiliza el recurso de presentar el caso de Jason Bourne como el desencadenante de una crisis generalizada en otros programas gubernamentales para crear súper agentes secretos. Otro programa, otro agente, otra cara (la de Jeremy Renner, tan eficaz intérprete como Matt Damon, acompañado como siempre en esta saga por un reparto de lujo: Weisz, Norton, Keach, Finney) y otro estilo. O, más bien, la síntesis entre dos estilos.

En la primera parte Gilroy se distancia del nervioso estilo Greengrass, que definió del todo la trilogía en su segunda entrega a partir de la base puesta por Liman, para aproximarse más a su propio mundo como realizador, más dado a sustanciar con planos muy sobrios y un montaje sereno tramas de extrema complejidad que, sin excluir las contundentes escenas de acción, basan su capacidad de atracción en la reserva de información.

Lo que fascina al espectador es lo que imagina a partir de lo que ve y lo que supone a partir de la sabiamente dosificada información que se le da. Muy poca afotunadamente, y extremadamente enredsosa: uno de los placeres del cine de espías es dejarse deslizar por laberintos, guiados por el hilo de Ariadna de una trama inteligente. La segunda parte, en cambio, da un giro hacia la espectacularidad violenta y el estilo sincopado propio de la serie (que hace que nos preguntemos por qué se gastan tanto dinero en localizaciones exóticas: los planos son tan breves y la cámara se mueve tanto que es difícil saber dónde están). Gran idea esta de mezclar un toque personal que diferencie a este Bourne sin Bourne con las marcas más reconocibles de la trilogía. El resultado es una buena película de acción que aúna calidad y explotación de una franquicia que parecía agotada. Algo raro de verse.

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