Cultura

Un volumen rescata los mejores textos literarios y periodísticos de Corpus Barga

  • La Fundación Banco Santander dedica al escritor el nuevo tomo de su colección ‘Obra fundamental’, coordinado por Arturo Ramoneda · La obra recoge escritos autobiográficos, crónicas y entrevistas

Fue uno de los grandes articulistas y prosistas españoles del siglo XX, si bien por diversas circunstancias (el exilio entre ellas) durante mucho tiempo su fama y su reconocimiento han estado muy por debajo de su calidad. Corpus Barga protagoniza el nuevo volumen de la colección Obra fundamental de la Fundación Banco Santander, cuyo objetivo es revisar el patrimonio literario español del siglo pasado a través de autores que se han visto abocados a cierto grado de olvido o postergación. Juan Larrea, Benjamín Jarnés y José Bergamín, entre otros autores, forman parte de la serie.

Periodismo y literatura de Corpus Barga (Andrés García de la Barga y Gómez de la Serna, nacido en Madrid en 1887 y fallecido en Lima en 1975) recoge una selección de sus mejores textos según el criterio del coordinador del volumen, Arturo Ramoneda. Amigo de Machado –a quien acompañó a Collioure–, Baroja, Ortega, Ayala y Juan Ramón Jiménez, Barga trabajó en los grandes periódicos de la época como corresponsal en capitales europeas y fue un cronista viajero infatigable. Este libro recoge fragmentos de su autobiografía, Los pasos contados, sus mejores artículos de viajes y de opinión y algunas entrevistas a personajes como Benito Mussolini o Auguste Rodin.

Corpus Barga es una figura a caballo entre la Generación del 14 y la del 27. En palabras de Juan Ramón Jiménez, “parece que escribe con sarmientos, con yerbas, con agua, con carbón, con hormigas, con escoria, con rocío”. El poeta onubense lo calificó como el escritor español que más se correspondía con “la estética general de nuestro tiempo”.

Ramoneda, catedrático de Lengua y Literatura que ya había dedicado a Barga un ensayo (El escritor y su siglo), antologa y prologa esta edición que recoge lo esencial de su obra: páginas autobiográficas con una selección de Los pasos contados (su obra más conocida), viajes, literatura, arte, ciencia y política, artículos sobre la II República y el exilio, sin olvidar una obra narrativa, Pasión y muerte o Mary y los altos hornos.

La dimensión y la influencia de Corpus Barga en el periodismo y la sociedad de su tiempo no se explican sin tener en cuenta un pensamiento de Max Aub que recoge Ramoneda: le dio al periodismo lo que debería haberle dado a la novela, ya que prácticamente a partir de 1930 se dedica a su faceta periodística descuidando la literaria, circunstancia por la que fue criticado por muchos de sus amigos escritores.

Barga empezó a colaborar en diarios de la época en calidad de articulista como El País, Los Lunes de El Imparcial, La correspondencia de España, que lo destinó a Viena como corresponsal (aunque se quedó en París a lo largo de la I Guerra Mundial), El Sol, donde desempeñó cargo de corresponsal en París, Viena, Budapest y Bucarest hasta el comienzo de la Guerra Civil, o La Nación de Buenos Aires (dirigió su agencia de Berlín, donde conoció a Francisco Ayala). Tras su exilio a Francia, al acabar la Guerra Civil, colaboró con diferentes revistas iberoamericanas: La Nación, El Nacional de Caracas, El tiempo de Bogotá, El comercio, Expreso, Visión del Perú... Para José Miguel Oviedo, “Corpus Barga era el más grande periodista que había escrito en el Perú”.

Colaboró también con la revista La Nueva España, para la que entrevistó a personajes como los artistas Auguste Rodin o Léon Bonnat y el escritor Henri Bergson. Y en La Gaceta Literaria, Revista de Occidente e Índice, para la que Juan Ramón Jiménez pidió a Corpus colaboraciones a la vez que a Unamuno o Pérez de Ayala. En los años 60 escribió en Los papeles de Son Armadans e Ínsula.

A los 16 años, Corpus Barga escribió su primer libro de poemas, Cantares, del que no existen ejemplares y que su sobrino Ramón Gómez de la Serna reseñó diciendo que “era interesante, disparatado, audaz. Tenía el estilo de los grandes atentadores”. Buscó también en Pío Baroja apoyo y aliento para sus inquietudes literarias sin mucho éxito, aunque sí encontró una amistad inquebrantable.

Ofrenda a Santiago, libro de poemas, y La rosa de los cuentos, volumen de relatos que no llegó a publicar, son otras muestras de su literatura, junto a la novela corta surrealista (incluida en esta antología) Pasión y muerte o Mary y los altos hornos (1926).

Ramón Gaya, que trató al madrileño en París, elogió –afirma Ramoneda en el prólogo– su vasta cultura y su capacidad para abordar todo tipo de temas.

La Asociación de la Prensa de Madrid nombró a Barga periodista de honor en 1975. Camilo José Cela orquestó una campaña para su regreso del exilio, pero murió a finales de ese año.

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