Acercándonos al ámbito cofrade, el 2017 nos depara fechas intensas y momentos de interés. Pasará por ser el año de las efemérides. La más histórica será el voto inmaculista que cumple cuatrocientos años. Se habla de procesiones extraordinarias y de magnas de palios. Se irá dilucidando el enigma del voto con el tiempo.

Dos imágenes cumplen cincuenta años de su hechura. Ambas de gran calado devocional y artístico. Por un lado el Cristo del Perdón que, posiblemente, se trate del crucificado más evocador de la Semana Santa jerezana, con una visión personalísima del jerezano Pinto Berraquero sobre un Dios que no muere, sino que está vivo en la cruz y, de otro lado, la genialidad que Luis Ortega Bru quiso dejar en Jerez con el Señor de la Paz que pasa por ser una de las obras cumbres de este genio de la imaginería. Sus respectivas hermandades, nos consta, ya andan ultimando un calendario de actividades que darán vigor al 2017.

La carrera oficial se verá incrementada con una cofradía nueva como es Pasión y será histórico el momento en el que diputado de cruz llegue al palquillo de toma de hora a pedir la venia. Será en una jornada del Domingo de Ramos que, ya podemos adelantar, contará con un adelanto de las primeras cofradías, para dejar hueco, y retrasará en un cuarto de hora a las últimas de este día tan grande para el cofrade.

Para rematar este 2017, un traslado que marcará el año. La hermandad del Cristo volverá a su ermita de San Telmo. Será tras al verano. Además, el Cristo de Jerez presidirá el Vía-Crucis de las hermandades. Pero el traslado marcará al ser un acto con el que el barrio sueña. Los cofrades de San Telmo llevarán la alegría de volver a casa y el recuerdo de dos años en el que han visto incrementada su devoción al estar en pleno corazón de la ciudad. Pero no hay sedes provisionales que cien años duren.