Las redes sociales han propiciado un fenómeno relativo a la comunicación que no tenía antecedentes: todos opinan y todos pueden leer tu opinión. Muchas cosas buenas tiene, la verdad. El problema surge cuando, por desconocimiento o simples prejuicios, se usan para generar un odio estúpido y mentiroso. Es el caso de los bulos que corren sobre eso de que cualquier inmigrante recibe un sueldecito nada más que entra en España ilegalmente. ¿En serio? ¿En serio tanta gente le da credibilidad a eso? Es falso, rotundo. No existe una ayuda para el inmigrante por ser inmigrante. El que está en situación irregular tiene dos cosas de las que preocuparse: la primera es que no le pillen porque le pueden deportar, y la segunda es encontrar un trabajo legal. Si lo hace. Pero eso nunca ocurre. Lo que ocurre es que trabajan en negro, pero sus empleadores, por lo general españoles, se están llevando una mayor porción de beneficios de la riqueza que crea esta persona con su trabajo. A estas personas lo que les encantaría es pagar más impuestos para regularizar su estancia. Lo demás es xenofobia.

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