Programación Guía completa del Gran Premio de Motociclismo en Jerez

Pocos son los que aseguran que el celebérrimo y riquísimo presidente de los 'iunaites esteits' va a mantener la preocupante y beligerante línea política de la que hasta el momento ha hecho gala. Ayer pisó la Casa Blanca y muchos dicen que tal gesto imprime carácter, como si de un sacerdocio se tratase. Ojalá de lo dicho hasta ahora no cumpla nada, por el bien de todos. De todas las barrabasadas que ha lanzado por esa boca la que más me ha dolido (de lejos) ha sido la del puñetero muro con el que separaría su país de la hermana nación de México. Él, evidentemente, puede hacer lo que desee en su suelo patrio siempre que le dejen, pero decirle al presidente Peña Nieto que serán los mexicanos quienes paguen la 'obra' me pareció de un soberbio intolerable. Quiera el cielo que este individuo sepa lo que lleva entre manos, que hay botones (suelen ser rojos) que mejor no tocar y que no hay mejor vecindad que la que reporta aquel que no molesta, vive su vida y no se entremete en la de los demás. Parece bien poco, ¿no?, pues ya verán como no es así.

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