Desde este preciso momento les pido que no se me asusten, no crean que este comentario va a centrarse en el estudio económico de lo que el Festival de Jerez puede generar cada año en la economía de nuestra ciudad. La cuestión es que, leyendo en la contra de Diario de Jerez del jueves, 22, la entrevista que Elena Llompart mantiene con el guitarrista y compositor flamenco José Luis de la Paz, nacido en Ceuta y residente en la actualidad en la ciudad de Miami, éste le dice a la periodista: "En torno al mundo del flamenco se ha creado una industria que lo que importa ahora es cuántos zapatos, faldas de baile y guitarras vendemos". (Habría que preguntarle a Fátima Canca que de esto debe saber un montón). La salida del ceutí me dio pie para acudir al ejemplar editado con ocasión del XII Festival de Jerez -se cumplen diez años en este 2018- en el que, bajo el título que encabeza este comentario, Impacto Económico del Festival, los investigadores Ana González y Jesús Ramírez ofrecían para la empresa "Vigía" Observatorio Cultural de la Provincia de Cádiz, un proyecto mediante el cual el gasto medio por participante para acudir al anual evento alcanzaba, los 1.968,53 euros. Desde luego no voy a llevarles la contraria y doy por buena la información ya que, si la misma es fiable ¿por qué no?, algo de esa cuantía, descontando gastos de viajes, etc.,- habrá de quedar en Jerez, lo que no es en absoluto desdeñable.

Claro que, muchas de las jóvenes que acuden al Festival suelen rentabilizar lo invertido ya que, las enseñanzas adquiridas en Jerez les sirven para impartirlas en sus países de origen. Incluso algunas suelen economizar, por ejemplo, en la comida ya que, no es extraño verlas en el CADF en donde, mientras visionan imágenes, toman un refrigerio que les sirve de almuerzo. Pero en fin, esto es cuestión de economía y cada uno sabe hasta dónde puede llegar; con permiso del señor Montoro.

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