Me he zampado demasiadas inundaciones, riadas y desbordamientos del Guadalete a lo largo de mi vida profesional como para saber, ciertamente, que cuando llueve de esa forma salvaje que en Jerez suele, no hay alcantarillado que lo resista. Lo han dicho expertos después de que Jerez invirtiera miles de millones de pesetas de fondos europeos bajo sus calles. Frente al fondo sur de Chapín hay un colector que -lo puedo asegurar porque lo he visto- es el doble de alto que el más noble salón que una mansión señorial pueda disponer. Pero al igual que asumo esta realidad, no puedo menos que lamentarme de que hasta ayer por la tarde hubiera que estar esquivando bancos de lodo en pleno centro de Jerez. Contra eso no hay explicación posible porque hay que responder con mayor celeridad y manguera en mano. Las lluvias se han ido. Limpiemos y devolvamos el lodo a las arquetas. Que es donde debe estar, y no en los pies, bajos de los pantalones y de las faldas de los jerezanos.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios