Análisis

Manuel sotelino

Prevención cofrade

Las cofradías supieron adaptarse a los graves incidencias de corte de calles y circulación

Somos unos afortunados. Y todo ello a pesar de que, en muchas ocasiones, a los cofrades les apetece buscar problemas para entretenerse un rato. Que si hay muchos carritos o que si una chica gritó en la Asunción en un episodio que parecía haberse preparado como la secuencia de una película… Ciertamente todo es mejorable. Pero ni siquiera el autobús que se cruzó por el cortejo de la Clemencia es comparable con el problemón que está viviendo Sevilla con su 'Madrugá'. La noche más grande para el sevillano se ha convertido, como diría en una genialidad de las suyas Carlos Navarro Antolín en 'una noche que huele a gofre y en la que se escuchan continuamente a esos roedores de pipas, convirtiéndola en una especie de Nochevieja con pasos". En Jerez, a todo lo más, la madrugada suena a patada a una lata y huele a perrito caliente proveniente de ese desafortunado emplazamiento de Manuel María González.

¿Tenemos algunos problemas? Por supuesto que sí. Uno importante fue el del plante de los efectivos de la Policía Local. Pero lo que nadie ha dicho es que las cofradías supieron adaptarse a la grave incidencia y todo discurrió con normalidad. El conformismo tampoco debe impedir que se prevengan problemas mayores de cara al futuro. Nadie está exento de llegar a la degradación en la que está Sevilla por mor de cuatro gamberros capitaneados sabe Dios porqué sórdidos intereses.

Podemos marear la perdiz y buscar temas de conversación exagerando problemas para aderezar una cerveza en cualquier bar de la ciudad. Pero lo que nadie nos puede quitar es que, afortunadamente, Jerez presume de tener, a día de hoy, una de las Semanas Santas más bellas, más seguras y más visitables de todas. Y esta aseveración viene respaldada por los números de ocupación hostelera.

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