Cjuana de los Reyes Valencia y Ana Blanco Soto o lo que es lo mismo Tía Juana la del Pipa y Tía Anica la Piriñaca, dos glorias jerezanas del baile y el cante, ausentes ya treinta años. Tía Juana nos dijo adiós el 27 de octubre y Tía Anica el 4 de noviembre, ambas en 1987; ambas fueron madres y padres a un tiempo y, los muchos años que estuvieron entre nosotros, entre ochenta y noventa, -en esto hay datos concretos de Tía Anica (1899) pero no de Tía Juana ya que si en su DNI aparece la fecha de 1905, ella sostuvo que debió estar más o menos por el año en que nació la cantaora-; ambas sembraron de arte los escenarios de Jerez, de Andalucía, de España… con la "jondura" de su baile y de su cante. Tía Juana deslumbró a los públicos sólo con su baile por bulerías -hizo también la soleá- y Tía Anica con su cante por siguiriyas y otros estilos. Ambas fueron homenajeadas por la Cátedra de Flamencología de Jerez y su Fiesta de la Bulería, ambas dejaron descendencia -más la bailaora que la cantaora- y, ambas nos dejaron algo más huérfanos a los aficionados que gozamos de su baile, de su cante y de su humanidad.

Tía Juana parió catorce hijos de dos matrimonios y sembró su amor al baile en Juana (q.e.p.d.) y Antonia, las dos comulgando en incontables ocasiones con la peña Tío José de Paula y su grupo de mujeres (la primera, madre de Antonio "El Pipa", el que ahora se codea con la mezzo-soprano Magdalena Kozená compartiendo escenarios en Europa como hace unos años, con Alicia Alonso y el "Amor Brujo" para el Ballet Nacional de Cuba). Otra Juana alumbró la matriarca: Juana Fernández, la voz más gitana que pueda darse; el eco y el desgarro del cante "jondo".

El "Comparito mío, Cuco…" de Tía Anica (quien aseguraba haberlo aprendido de Tío Parrilla) continúa sonando en voces de jóvenes intérpretes y su legado cantaor, respaldado por Manuel Morao (Antología del cante flamenco y cante gitano), Parrilla de Jerez (Archivo del cante flamencol) y "El Tate" (hoy Diego Carrasco) (Por el aire de Santiago y cuatro veces veinte años, en 1977), le acreditan como una de las auténticas conservadoras de la mejor escuela cantaora de Jerez, enfatizando siempre que ella solía hacer el cante de Tío José pero a su aire y que cuando cantaba la boca le sabía a sangre. Su herencia fue para su hija Manuela "La Boti" (no profesional que nos ha trasmitido un verdadero regalo en el último elepé que grabó su madre haciéndonos un cantecito por bulerías). En el grupo de mujeres de la entidad flamenca de la calle Merced tuvimos el placer de oírla en muchas ocasiones.

Para ambas hubo en vida los piropos más entusiastas, las frases más elogiosas, las ponderaciones más justas lo mismo para el baile que para el cante, hasta el extremo de que aún hoy, treinta años después de que nos dejaran, nosotros hemos querido recordar las figuras de Tía Anica y Tía Juana, cerrando este trabajo con la recopilación de algunas de las frases que les fueron dedicadas por sobresalientes estudiosos del arte flamenco: Manuel Ríos Ruiz ha dejado escrito sobre Tía Juana: "Cuando levanta los brazos parece que toda su humanidad se va subiendo a los cielos y que no existe una gracia flamenca como su culeo bailando por bulerías, ni manita más santa y jacarandosa cogiéndose y arremangándose el vestío, moviendo el percal como quien le echa canela al arroz con leche". Caballero Bonald ha escrito de Tía Anica: "En su cante no hay huellas de artificio ni deformaciones ornamentales: es el registro angustioso de la historia del pueblo gitano-andaluz, el puro borbotón de su dolorosa experiencia humana". Se entrega al cante a intuitivas bocanadas de liberación".

A manera de epílogo deseo dejar constancia de un trabajo sonoro titulado "Mis charlas con cuatro flamencas" que, gracias a la serie Flamenco y Universidad, en su volumen 38 inserta, tras la digilitación realizada por el Centro Andaluz de Documentación del Flamenco, la "VI Tertulia Viva" "La mujer en el cante" que, la Cátedra de Flamencología de Jerez dedicó a Tía Anica -en la que así mismo tomaron parte La Paquera de Jerez y La Sallago-, en 1984, como también la entrevista que mantuve con Tía Juana, previa el homenaje que le fue ofrecido en Sevilla en 1982.