Ahora que se está defendiendo tanto la autenticidad de la celebración de la zambomba en sí, resulta que es cuando más fiestas salen a las que se les llama tal cual, zambombas. Y no lo son. El Ayuntamiento pide y repide a los establecimientos que se ciñan al guión, y que no vendan lo que no es. Lo cierto es que no se puede controlar todo, así que la autenticidad está en manos de quien organiza, aunque hoy todo vale con tal de embolsarse taco del bueno y aprovechar el tirón que la zambomba y Jerez están teniendo en estas Fiestas por todo el país. Porque da igual que salgan tres tipos enchaquetados al escenario cantando, o algo parecido, haciendo gala de que aquello que hacen va de zambomba. Y la gente que viene de fuera, que se ha informado un poquito de qué va la historia, se queda con la cara partía y regresa a su casa sin saber si ha sido engañada o si es que la zambomba se ha abierto en el último momento a nuevos estilos. Por favor, un esfuerzo de todos para que la zambomba siga siendo lo que trata de ser o el próximo año harán zambombas hasta los monos del Zoo.

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