Análisis

Juan alfonso romero

¡Que no son drones, que son moscas!

Y además de las gordas, moscas de caballo grandes. La sensación que hay viendo lo que aquí se cuece es que tenemos la idea de estar rodeados de drones -ideas avanzadas y maravillosas- pero lo que tenemos son moscas -acciones escasas y de falta de visión de campo-. Torpes en pasar de la idea a la acción, espesor mental del político. Por ejemplo, hace escasos meses que ha llegado a Jerez un inversor extranjero aunque sus orígenes son de Málaga. Está realizando inversiones de un tamaño excepcional y generando puestos de trabajo en Jerez. El edifico de Colansa por lo visto ya se ha vendido y hay un proyecto de ocio y hostelería muy interesante. Este inversor, con socios muy potentes además, es amante de los caballos y empresario de éxito en la hostelería balinesa. Este señor, por falta de agilidad política, se ha ido a la vecina ciudad de Arcos a realizar una inversión que debería estar también en Jerez.

Las obras del Gallo Azul, con la inversión que está haciendo también en ese local insigne, es merecedora de darle prioridad por cuanto significa. Pero nada, ahí va la cosa muy poquito a poco. Si somos más despiertos y nos desprendemos de los complejos, rodeándonos de personas mejores que uno mismo, nos daremos cuenta de que con ese tipo de inversiones y propuestas seríamos capaces de atraer un mercado exterior. Exterior pero permanente que generará industria, ya que difícilmente la renta de nosotros los jerezanos esté alineada con la oferta que propone este nuevo empresario afincado en Jerez y amante de los caballos. Léase Hontoria, Barco… que con el mercado interno no es suficiente.

Capitalizar las acciones es deber también del político que está comprometido en identificar y aprovechar las oportunidades que surjan en beneficio de Jerez. Todo no van a ser fotitos en los medios y planes estratégicos o estrambóticos. Hay que ejecutar y salir del limbo.

Son moscas y no drones porque seguimos con una renta per cápita o por cabeza que es una auténtica vergüenza y así nos va. Tenemos muestras e indicadores suficientes para saber que las inversiones de empresarios que aman a Jerez, ya sea por nuestra poco explotada historia de nuestros caballos o por los vinos, y ven futuro en sus inversiones -caso de Fundador- aportan grandes beneficios a la ciudad y a nuestra economía.

Tenemos que insistir en que nuestros representantes políticos estén alienados en cuerpo y alma con el futuro de la ciudad, con su evolución y su economía para que de verdad sean drones y no moscas y vaya usté condió.

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