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Análisis

Manuel Antonio Barea Rodríguez

Del oficio de archivero

Los archivos nacen en los inicios de la escritura y la misma historia, emergen como conjunción ordenada de documentos constitutivos de valores fiscales, judiciales o administrativos, que perdurarán o no en el tiempo, y serán constitutivos del patrimonio cultural de una persona, empresa, estado, etc. Pero, ¿quiénes son esas personas que organizan y mantienen este acervo documental? Son los archiveros y archiveras, que nacen con los mismos archivos desde la antigüedad, pero que ya bien llegado el siglo XX se conforman como un oficio reconocido y reconocible, oficio sí, pues dentro de su aprendizaje se integran toda una serie de normas, leyes y pautas que obligan y circunscriben a todo aquel que ejerce como tal. Se necesita de un bagaje, una supervisión y observancia que permite pasado el tiempo vislumbrar desde el aprendiz a un futuro "oficial" archivero que puede ejercer con la tranquilidad del mismo tránsito anteriormente mencionado. Creo que así se hace y nace, pero ¿qué debe contener esta persona para llegar a su oficialidad?, pues creo que una afán de servicio, pues no somos más, ni menos, que controladores de la memoria, de la perspectiva del tiempo y custodios de futuro, como dice mi amigo Joan Boadas, "los archiveros trabajamos para el futuro", no entiendo la adscripción simplista de que los archivos son pasado, no y mil veces no, los archivos forman parte de nuestro futuro, pues es en su conservación e interpretación donde podemos hallar las claves de la gestión de la empresa, optimización y trazabilidad de procesos, o la interpretación de nuestro pasado - patrimonio como activo cultural y económico del futuro. Además, los que nos dedicamos a este oficio debemos ser verdaderos "eunucos ideológicos", pues estamos obligados a nuestros usuarios, los cuáles nos deben observar como trabajadores con tecnicidades y rudimentos, pero no afectado por ideas que puedan vascularizar las formas y maneras de nuestro servicio. Este año escuchamos a Josep Fernández Trabal decir que "los archiveros trabajamos para la sociedad", siendo esta sociedad un crisol de mentalidades e ideologías que hay que respetar. De alguna manera somos "confesores documentales" y garantes de derechos para la empresa, administración, usuarios, etc.

La realidad es que en un día, como el Día internacional de los Archivos debemos ser conscientes de la necesidad y urgencia de contar con profesionales como los archiveros y archiveras, que responden a un Oficio y a una necesidad clara como es la preservación de nuestro acervo documental, garantizar la trasparencia y accesibilidad documental y difundir la información contenida en los documentos, difusión y transmisión de conocimiento, y por lo tanto de Patrimonio. Una sociedad sin memoria es una sociedad sin futuro, por ende una sociedad sin archiveros suficientes, y con Oficio, está abocada a la irrealidad del desconocimiento y la sinrazón.

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