Análisis

Juan alfonso romero

Mi primer Rocío es el de siempre

"El Rocío no se acaba porque no quiere mi gente, que llevan dentro a Jerez y la Virgen desde siempre. Podrán asfaltar la raya, quemar los eucaliptales o envenenar la rivera pero no podrán quitarme la devoción rociera". Esta es parte -adaptada- de la letra de una bonita sevillana de siempre. De una sevillana del camino. Un camino que para Jerez comienza este miércoles día 31 de mayo. Tempranito en Santo Domingo se reunirán los romeros junto al Simpecado y las carretas de la Hermandad de Jerez para llegar ,atravesando el Coto de Doñana, hasta la Señora de Almonte. ¡Buen Camino!

Es sorprendente y maravilloso que para cada momento de El Rocío, en el camino o en la aldea, ante las plantas de la Virgen. En cada minuto, cada segundo existe una sevillana que lo explica, que te lo hace vivir y recordar. Y digo que es maravilloso porque para los que vivimos este acontecimiento desde muy pequeños y nos lo han enseñado "como es" representa una de las mejores formas de mantener siempre vivo ese impresionante banco de datos que genera El Rocío. Una acumulación viva de recuerdos que se crean en el presente pero hecho de experiencias pasadas -por ejemplo- con personas que ya no están y te enseñaron ese Rocío que gira alrededor de la máxima protagonista como es la Virgen. No hay Rocío sin la Virgen. De esas personas llenas de corazón que ya son mayores, que han enfermado, o que se fueron un día. Esos que te dejaron huella porque te explican las cosas y las comparten como compartían ese Rocío que ya es difícil encontrar. Pero es cierto que todo evoluciona y se acepta, se vive y se agradece. También es verdad que cada uno lo vive como sabe, como le enseñaron o como puede. Es muy cierto que hay gente que cuando va por primera vez, va con la persona equivocada. Esa que le enseña lo que sabe, lo que ha vivido, lo que le enseñaron un día porque también fue "engañado". Hay gente que la primera vez que ha ido al Rocío ha ido para hacer un botellón en el parking de la aldea (cuando se podía hacer). O bien, hizo el camino de "aquella forma"… Y claro ¿qué sensación y concepto van a tener esas personas de El Rocío? Otros -¡muchos!- que ni si quiera han ido nuca y hablan de lo que les cuentan o lo que ven en la televisión que sólo destaca la vida "amarilla" del famoso y los líos de la Pantoja en aquella época. Sin comentarios ¿verdad? ¿Qué sensación y opinión van a tener? Estos no tienen la culpa porque lo único mal que hicieron fue ir la primera vez al Rocío con la persona equivocada.

Hace unos días hablamos sobre El Rocío entre varios amigos y buenos "rocieros de alpargata": Javier Benítez y "mi sobrino" Amoedo -que es un Ángel-. Me dio mucha alegría escuchar una forma de ver, de definir El Rocío que siempre he defendido. Una definición que tiene que ver con la profundidad de entenderlo como algo relacionado con vivencias alrededor de la familia y amigos. Con la buena convivencia y con los "momentos que te ofrece el camino" (el camino de la vida). Por ejemplo como dijo Javier: "El Rocío para mí es ver a mi madre. Miro a la Virgen y veo a mi madre. Me trae ese recuerdo de cuando íbamos con ella tantos años". ¡Ole! Por eso para muchas personas cuando llega El Rocío es de los momentos que más tienen viva la presencia de ese amigo, amiga, familiar, recuerdo de aquellos con los que compartiste muchos Rocíos. Por eso si vas a ir al Rocío por primera vez , párate un momento y comprueba bien con quién vas. Aunque no sea la primera que vayas asegúrate que vas con alguien que te va a enseñar un Rocío como es. Un Rocío que jamás olvidarás y te hará, si cabe, un poquito mejor como persona.

Como dijo Karol Józef Wojtyla (Juan Pablo II) cuando se asomó al balcón del Santuario de El Rocío en junio de 1993: "Que todo el mundo sea rociero". Y Vaya usted condió (esto último lo digo yo).

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