Se nos fue Ana, Ana María, Anita y, sobre todo, la Madrina. Madrina, así la llamaba su familia y a ella le gustaba que la nombraran así las personas que le tenían ley. Ella, que no tuvo hijos, fue madre de familia numerosa. Madre de la suya y de la de su marido, siempre dispuesta a solucionar cualquier apuro, siempre maternalmente pendiente, cumpliendo los sueños de los más pequeños y las necesidades de los medianos y mayores. Ana María Barra Reinado era la viuda de Manolo Liaño, decano de periodistas de Jerez, quien, con más de 60 años de profesión, inauguró y se desmonteró por última vez en el Diario de Jerez, firmando con anterioridad en muchos otros títulos de la prensa local. Manolo Liaño, cronista de la ciudad y sus gentes, vivió felizmente acompañado de Ana María hasta el final. Ana fue esposa y talismán de su vida. Los últimos años, Ana los disfrutó con sosiego junto a una persona admirable: su querida hermana Conchita, en Pío XII. Ambas cariñosamente atendidas por sus maravillosas cuidadoras y visitadas a menudo por la familia. La madrina falleció en el Hospital San Juan Grande poco después de la medianoche del 6 de mayo, después de recibir los Santos Sacramentos. Toda su vida estuvo vinculada a la Hermandad de la Coronación, como hermana y como Camarera de su bendita locura: la Virgen de la Paz en su Mayor Aflicción. De la Hermandad ha recibido incontables detalles hasta el último día. El director espiritual, el hermano mayor y la Junta de Gobierno de la capilla de Los Desamparados rezaron la tarde del sábado ante su féretro, abrazado con la bandera de la Cofradía. Tras el responso en el Tanatorio de Jerez, se incineraron sus restos el Día de la Madre, como póstuma dedicatoria. Cumpliendo su voluntad, la urna reposa junto a sus padres, Manuel y Milagros. Finalmente, una invitación: sus familiares, ruegan a sus afectos, relaciones y amistades la asistencia hoy viernes día 26, a las siete y media de la tarde, a la Misa por el sufragio de su alma en la parroquia de Los Descalzos.