Un fin de semana sin fútbol de primera es aburrido para muchos. Yo, como soy xerecista, tuve fútbol de sobra. Sin embargo, fueron bastantes amigos a los que escuché quejarse de la falta del balompié del negocio. Al que le falta este bendito deporte es porque quiere. Cada cosa que te ocurre en el día a día la puedes expresar con una metáfora que suene a fútbol. Como escribirlo bonito, pero trasladándolo al terreno de juego. Por ejemplo, veo claro la excusa que le debería poner un estudiante a sus progenitores en caso de suspender un examen después de haber realizado tres la misma semana. Algo así: "Bueno, era un partido difícil y llegaba en un momento complicado del calendario. Creíamos que podíamos sacar los puntos, aunque finalmente nos faltó un poco de acierto. La verdad es que desde mi punto de vista, el árbitro también nos ha perjudicado. En definitiva, solo queda mirar hacia adelante e intentar solventar esta derrota en la siguiente cita". Los que son de pocas palabras pueden decir algo más simple: "¡Qué injusto es el fútbol!".

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