Programación Guía completa del Gran Premio de Motociclismo en Jerez

Análisis

SUSANA ESTHER MERINO LLAMAS

De la teoría a la práctica

En estas santas jornadas cuaresmales, asistimos, o al menos se intenta en la medida de lo posible, a los cultos que se celebran en la sede de nuestras distintas corporaciones nazarenas.

Es en estas celebraciones donde cada día recibimos una enseñanza a través de la palabra de nuestros predicadores. Y es ahí precisamente, cuando reflexionando sobre la homilía de cada tarde-noche, donde nos venimos a dar cuenta de lo verdaderamente trascendente de todo este "entramado-cofradiero", si me permiten la expresión y siempre desde el respeto máximo.

A todos nos apasionan, incluida a servidora, las cuestiones que se convierten en nuestros compañeros inseparables con los que desayunamos cada mañana: el estado de los palcos... nuevas incorporaciones a nuestra carrera oficial… los asuntos de Palacio… las variaciones de algunos horarios o itinerarios… el cartel oficial si debiera de haber sido pintado o en formato fotográfico… la apretada agenda repleta de pregones, charlas, conciertos, presentaciones de carteles… las previsiones meteorológicas y un largo etcétera, en definitiva, asuntos que en mayor o menor medida, no dejan de ser casi el mismo estribillo que se repite cada año, y como acabo de decir, nos encanta encontrarnos cada jornada, además de que gracias a ellos no dejan de verterse infinidad de ríos de tinta o de dedicar horas de radio, aunque ya la última bebida energética del desierto la tengamos más que descubierta.

Pero hete aquí que no por ello debemos dejar de lado la esencia, lo que debe ser auténticamente importante (no es que los otros asuntos no lo sean), el mensaje, que a través de la Palabra, se nos presenta en cada jornada de triduo, quinario o septenario, a las plantas de nuestros Sagrados Titulares; que no se nos olvide que Ellos son los que nos llevan a la conversión, al perdón, a la limpieza de corazón, a la caridad, a la humildad, a la comprensión… a los buenos sentimientos hacia nuestros hermanos en el día a día.

Y es que intentando llevar de la teoría a la práctica una molécula de cualquiera de cada uno de estas pautas de vida cristiana, el azahar, el incienso, los itinerarios, las marchas, el número de nazarenos y todo lo que está adherido a lo más hondo de nuestra esencia cofradiera cobrará entonces su verdadero sentido.

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