En la ciudad, todo el mundo es consciente de que el Fin de Semana del Mundial de Motos es el mayor escaparate para dar su imagen al mundo y vender Jerez como una marca importante y un lugar que ofrece infinitos encantos. Durante unos días, miles de visitantes acuden atraídos por el propio evento deportivo y por los muchos atractivos de un lugar único por muchísimas cosas. De esos visitantes, la mayoría vienen montados en un vehículo a dos ruedas y, por tanto, no tienen más remedio que hacer uso de nuestras calles. Si transitan por Corredera, Esteve, Santa María y Arcos - y son arterias que hacen enfilar hacia el Circuito - no sólo la imagen que se van a llevar de Jerez va a ser tercermundista, sino que sus motos y hasta su integridad corporal se verán más que afectadas por culpa del estado de tales calles. Nadie se puede explicar cómo, después de tantísimo tiempo en tan lamentable situación, no se han arbitrado las medidas oportunas para que a tales vías jerezanas se les haya reparado un piso que aparece absolutamente destrozado y casi en una manifiesta dejadez. Ya sabemos que a nuestros dirigentes, el bienestar de los ciudadanos sólo les preocupa cuando las campañas electorales aparecen en los horizontes cercanos de los calendarios y, después, de olvidan impunemente buscando sólo sus intereses personales; pero, aunque sólo sea por la imagen de nuestra ciudad, el Campeonato de Motos debería haber sido toda una oportunidad para dar un lavadito de cara a nuestras calles. Creo que, con toda seguridad, nuestra Alcaldesa habrá sufrido en sus carnes y en las del coche oficial el patético estado de algunas calles de la ciudad. Si no fuera así, que se pase por la Plaza Esteve y podrá comprobar cómo el adoquinado de la misma ofrece un estado parecido a algunas calles de un Alepo bombardeado.

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