1-O

El PP encontró una zanahoria que ofrecer a los separatistas catalanes con la Agencia Europea del Medicamento

Cada vez que me encuentro con las siglas de la consulta separatista catalana, en vez de primero de octubre leo uno a cero. 1-O, 1-0; entre la o mayúscula y el cero no hay tanta diferencia. En todo caso el 1º de octubre es fecha muy señalada en el calendario golpista español. Francisco Franco fue investido como jefe supremo del bando sublevado en la Guerra Civil el 1 de octubre de 1936. Desde entonces y hasta su muerte fue caudillo y generalísimo por la gracia de Dios. Los hispanoescépticos catalanes que promueven la sedición se muestran genuinamente españoles y herederos de una sombría tradición.

El 1-0 futbolístico tampoco se queda corto. El uno a cero evoca las victorias rácanas de equipos italianos virtuosos del catenaccio que se defendían los 90 minutos y en una sola llegada a la meta contraria ganaban el partido. Aquí se repite; independencia con un solo voto más, no importa cuál sea la participación. Marrulleros y tramposos. Como en aquel viejo dicho antideportivo, muy de ultras: ganar aunque sea en el último minuto y de penalti injusto. Total que las siglas en cuestión no son buen augurio, ni por su parte golpista ni por el lado oportunista.

Tampoco son de buen agüero las consecuencias mayores que semejante desafío puede suponer. Y otros flecos que no son menores. Las primordiales se refieren al llamado choque de trenes, invalidación de leyes, detenciones, procesos judiciales, irritación de la inmensa y fiel clientela que las industriosas empresas catalanas tienen en toda España… Pero entre los flecos destaca que en Bruselas dudan que Barcelona sea una buena sede para la Agencia Europea del Medicamento, que debe abandonar Londres por culpa del Brexit y difícilmente se consentirá que vaya en precario a un lugar plagado de aprendices de Nigel Farage o Boris Johnson. Ambas cosas, el pretendido referéndum y la decisión pueden coincidir por las mismas fechas. La Agencia tiene muchos novios de peso, como Milán, Viena, Copenhague, Dublín, Ámsterdam o Bratislava.

Tuvo otro, frustrado. Málaga también aspiraba, pero al alcalde De la Torre no le hizo caso Rajoy, ni acólitos como Moreno&Bendodo, siempre obedientes al alto mando. (Por cierto, que tampoco la Junta de Andalucía se coscó lo más mínimo). Y así fue como el PP, tan aficionado al palo y la zanahoria, encontró una golosina que ofrecer al separatismo irredento. Parece que para nada, porque la Agencia del Medicamento querrá recalar en tierra firme. Los tramposos y oportunistas están más cerca del 1-0 que del 1-O. Y Paco de la Torre, abandonado por su partido y sus delfines. Cría cuervos…

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