Hoja de ruta

Ignacio Martínez

Bipartidismo

JULIÁN Álvarez se ha pedido un Tengo una pregunta para usted. De hecho, el líder del PA está intentando llegar vivo a la campaña electoral. Pide un hueco en la foto. El problema de su pérdida de visibilidad es complejo. No es sólo demérito de su partido o de su coalición andalucista. El origen de este fenómeno está muy repartido. En España, el resultado es un bipartidismo muy fuerte, de norte a sur. Con la excepción de Madrid, la diversidad política en los parlamentos regionales suele ser más baja en las regiones menos desarrolladas.

En el inicio de la Transición se inventó el término bipartidismo imperfecto para definir la composición del Congreso de los Diputados, con dos grandes grupos y pocas opciones nacionales más. Los partidos bisagra con verdadera capacidad eran los nacionalistas. Cuando, en los 80, se celebraron las primeras elecciones autonómicas, en Extremadura o Castilla-La Mancha llegó un momento que sólo había PSOE y PP. Convengamos que un Parlamento así no es sólo que sea menos plural, sino que es más aburrido. Por tanto, con los altibajos que ha habido, el Parlamento andaluz ha estado entre los mejorcitos de España en pluralismo. Cuatro partidos, con mayoría socialista siempre, aunque tres veces no fuese absoluta, y dos minorías que han llegado a tener momentos de gloria, como Izquierda Unida en el 94, con 20 diputados, o el PA en 1990, con 10.

Ahora todo el mundo se fija en lo mucho que se pelean dentro de IU. Y en las faenas que le hacen a Concha Caballero, después de un excelente trabajo parlamentario, para dejarla fuera de juego. De acuerdo. Y, ¿qué me dicen de los peleas de patio de colegio entre Esperanza Aguirre y Gallardón? Si fueran de IU sería un sainete criticadísimo. Lo mismo pasa con el PA. ¿Es un partido amortizado? Hombre, han sacado 250.000 votos en las municipales y se han coaligado con el PSA, que sacó otros 50.000. Tantos votantes que no caben en un autobús. Vamos, hacen falta 5.000 autobuses. Y aquí estamos todos, incluidos periódicos y periodistas, amortizando a nuestras minorías, sin darnos cuenta de que, con todos sus defectos, son un artículo de lujo, en términos democráticos. El Estatuto andaluz le debe mucho a IU y la propia autonomía andaluza no habría sido como es sin la existencia del PSA/PA.

Televisión Española le dio un programa a Llamazares, Duran y Carod; no veo por qué, con la nueva fórmula de retransmisión regional por la Primera, no le puede dar una emisión conjunta a Valderas y a Álvarez. Examinar a los políticos es una buena misión de los medios, que no deberían estar para la propaganda, ni para condicionar el voto hacia el bipartidismo perfecto o imperfecto. Y después son los ciudadanos los que deciden. Por tanto, si hay que borrar a alguien de la foto lo más democrático es que es que lo hagan las urnas.

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