EL año 2007 fue negativo para el empleo en España, peor aún para Andalucía y pésimo para Cádiz, según confirman los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA). En España aumentó en 117.000 personas en 2007, hasta alcanzar los 1.927.600 desocupados. Por primera vez en esta legislatura ha subido, alterando los propósitos de acercarse al pleno empleo. Por Comunidades Autónomas, los mayores incrementos de parados se dieron en Andalucía (85.500 más). El dato tiene más valor negativo si se le compara con la siguiente, la Comunidad Valenciana (20.000). Es decir, que Andalucía aportó el grueso de los parados españoles. En cuanto a Cádiz, cerró el año con 24.200 parados más que a finales de 2007. Por consiguiente, nuestra provincia tuvo ella sola un aumento de parados mayor que el de todas las comunidades autónomas españolas, con la única excepción de la andaluza, lógicamente, a la que aportó casi el 35 por ciento de sus nuevos parados. Pero si los datos anuales son malos, los del último trimestre de 2007 son peores, y eso es lo más preocupante. En este trimestre el paro creció en España en 135.700 personas, con alzas tanto entre los hombres (78.300 más) como entre las mujeres (57.400). En Cádiz el aumento fue de 19.900, de ahí que uno de cada siete parados españoles tuviera su origen en la provincia. Aunque el Gobierno y la Junta insisten en que no hay una crisis económica y los malos datos son coyunturales, la realidad es que el empleo ha retrocedido en España, ha mostrado una gran debilidad en Andalucía -afectada por la crisis del ladrillo- y se ha hundido en Cádiz de un modo muy peligroso. Los planes de reindustrialización que están en marcha deben paliar esta trayectoria negativa en los próximos meses, pero la debilidad del tejido productivo no invita a un exceso de optimismo, teniendo en cuenta que la construcción no podrá aportar el mismo nivel de empleo de años anteriores y que otros sectores, como los servicios y el turismo, no consiguen generar suficiente empleo de calidad en esta provincia, que sigue estando demasiado castigada por la lacra del paro.