La NIcolumna

Nicolás Montoya

Dictados con faltas de ortografía

El censo de contradicciones contemporáneas es infinito. A pesar de los pesares, siguen existiendo dictaduras. No es que estemos hablando de González Cabaña, abuelos cebolletas o trabajadores de Cojetusa sino del hecho de que aún hay cosas por encima del bien o del mal, y además sean discutibles lo efímero de sus propuestas. Entre Berlusconi, Mubarak y sus amistades íntimas tenemos buenos ejemplos que además esperamos formen un grupito en vías de extinción. La verdadera razón de la fecha de caducidad que tienen, parece radicar en dos cuestiones básicas.

Por una, la formación y la cultura de los que se dejan maltratar por otros de las misma especie que tienen la particularidad de poseer un mayor grado de desarrollo en las glándulas pineales del cerebro, que entre otras cosas controlan la mala leche; aunque por suerte, cada vez hay menos analfabetos y cada vez son menos los que se quedan encandilados con otros congéneres. Por otra parte, la enorme inmediatez de los medios de comunicación. La globalización hace posible que cualquier hecho llegue en milisegundos a otra parte del planeta. Así las cosas, la gente informada es menos vulnerable, sabiendo reciclar la información asumiendo su lugar en el mundo. Es como una epidemia transmitida por sms o por un clic de un ratón. Gracias a estas nuevas tecnologías tenemos acceso a múltiples beneficios para nuestra calidad de vida, pero también estamos tejiendo una tela de araña de las que no vamos a saber escapar. O sea que las dictaduras siguen, pero con cierto cambio de formato. Hoy se empieza a tener móvil casi al dejar los pañales, e incluso ahora llega otro ratón, apellidado Pérez, cargado de nokias 3d creando adicciones infantiloides. Tanta red, tanto sms y tanto facebook hace posible la libertad. En Tunez, Egipto y Libia tenemos buenos ejemplos. Pero a qué precio estamos pagando la adicción a ellas? Lo único claro es que no me imagino a mi padre hace cincuenta años con un móvil en el bolsillo todo el día.

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