CATAVINO DE PAPEL

Manuel Ríos Ruiz

Ernesto Sábato se acerca a los cien años de edad

EL próximo veinticuatro de junio, Dios mediante, Ernesto Sábato puede cumplir los cien años de edad. Y hoy he retirado de un anaquel su novela más célebre, titulada "Sobre héroes y tumbas" (Editorial Sudamericana). Me la envió dedicada desde Buenos Aires a través del inolvidable Fernando Quiñones, dándome las gracias por mi trabajo sobre sus teorías en torno al tango, aparecido en "La Estafeta Literaria".

Y el once de febrero del dos mil nueve, la Sociedad General de Autores y Editores lo propuso, por tercera vez, ante la Academia Sueca como candidato al Premio Nobel de Literatura. Una distinción que indiscutiblemente merece y que aun no se le ha concedido, aunque sí ha sido distinguido con otros importantes galardones a lo largo de su intensa vida literaria. Nacido en la argentina ciudad de Rojas, su formación se forjó en el terreno de la ciencia, alcanzando el Doctorado en Física, mientras vivía también grandes inquietudes políticas como militante comunista, viajando y residiendo en París, Moscú y otras capitales europeas cumpliendo distintas misiones. Una ideología de juventud de la que andando el tiempo renunciaría, para colaborar con otras tendencias políticas y sociales. En la actualidad reside en Santos Lugares, provincia de Buenos Aires, dedicado solamente a la pintura, una de sus grandes aficiones, dado que por prescripción médica no puede leer y escribir.

En Ernesto Sábato se une el narrador con el ensayista y el colaborador de prensa. Pero su universalidad se debe a sus tres novelas: "El túnel", "Sobre héroes y tumbas y "Abaddón el exterminador". Centrándonos en "Sobre héroes y tumbas" -su obra más traducida-, apuntemos que su primera edición data de mil novecientos sesenta y uno. Su argumento se apoya en el devenir de una familia aristocrática argentina en decadencia, y en cuya narración se inserta el relato de la muerte de un héroe de la independencia, el general Lavalle, y también un informe sobre ciegos. En unas líneas preliminares, Ernesto Sábato nos explica: "Existe cierto tipo de ficciones mediante las cuales el autor intenta liberarse de una obsesión que no resulta clave ni para él mismo. Para bien o para mal, son las únicas que puedo escribir".

Los elogios que "Sobre héroes y tumbas" se escribieron, al publicarse, en la prensa argentina fueron altamente significativos. He aquí algunos de ellos: "Audaz descenso a los infiernos, inmensa parábola". "Destinada a figurar entre los contados clásicos de la literatura actual". "Dolor, humorismo, religiosidad, terror y locura, entrechocándose como en la vida misma". "El Informe sobre ciegos es uno de los fragmentos más alucinantes que se hayan escrito desde Los Cantos de Maldoror".

Loor, hoy, desde aquí, a Ernesto Sábato, que dentro de cuatro meses y unos cuantos días cumplirá su primer siglo de vida.

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