Las dos orillas

José Joaquín León

La España del adoquín

HEMOS pasado de la España del ladrillo a la España del adoquín. No sólo hemos vuelto a los años 40 con el auge de los comedores sociales y las colas para pedir en Cáritas, sino que regresamos a la autarquía económica. Vuelve a estar de moda lo español. Hasta el Real Madrid, que es la única institución nacional que tiene dinero de los bancos y se ha gastado 250 millones de euros en fichajes, apuesta por lo español, según he leído, aunque también se trae a Cristiano Ronaldo, que es portugués, de nuestros hermanos, y a Kaká y Benzema para despistar.

Estamos en pleno periodo de españolización, de autarquía, de andar por casa. El ministro de Industria, Turismo y Comercio, Miguel Sebastián, ya aconsejó el consumo de productos españoles made in Spain, aunque nos falta recrear el INI. El presidente Zapatero, cuando descubrió la crisis, tomó medidas. Entre ellas, la más llamativa es el Plan Español para el Estímulo de la Economía y el Empleo (vulgo Plan E). Es la nueva forma de llamar a la autarquía de toda la vida del franquismo, que también tuvo sus planes de desarrollo (ahora llamados de estímulo, que suena más sexy).

Antes Europa nos odiaba y ahora nos abandona en parte. Como vienen menos turistas ingleses a la Costa del Sol, los hoteles se llenan con turistas españoles, la mayoría andaluces sin ir más lejos. Y es que los españoles, y los andaluces, con la crisis, tampoco van más lejos, no se van a ir a Cancún para quedarse allí con la gripe A, o a esos países exóticos donde te dejan dos semanas en cuarentena encerrado en un hotel. Para eso veraneas en este país. Así todos somos el Plan E (con E de España, no confundir con Europa).

El Plan E de los ayuntamientos, la nueva España del adoquín, ha puesto todo patas arriba. Hagan ustedes la prueba del coche, que es más barato que el avión. Visiten nuestra España profunda, y verán que así en lo más recóndito de Teruel como de Lugo o de Palencia están todos los pueblos en obras. Sí, 8.108 municipios de nuestra querida España están patas arriba. Se mueven adoquines de un lado para otro, se levantan calles, se remodelan paseos. La mayoría de esas obras no sirven para nada, sólo para crear con el adoquín la mitad de empleos que existían con el ladrillo. Antes se hacían pisos y se quedaban la mitad sin vender, y ahora se arreglan calles y no tenemos por dónde pasear.

En Andalucía es una fórmula conocida. No sólo se practicó en la autarquía, sino en el PER de la Junta. Estas obras públicas son parches, son bofetadas a los emprendedores que no emprenden nada. Nos hablaban en los discursos del I+D y la Segunda Modernización… Los que más hablaban de eso eran Chaves y Vallejo. Y el Plan E de la autarquía también se los llevó por delante.

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