Muchas gracias, Puigdemont y compañía. De verdad. Gracias porque hacía años que no veía tantas banderas españolas en las calles de las ciudades, incluídas las catalanas, sin necesidad de que la selección española de fútbol (sí, la de Piqué) ganase un Mundial o una Eurocopa. Gracias por despertar a una parte de la anestesiada sociedad española que llevaba años mirando a otro lado mientras ustedes, los nacionalistas independentistas, llevaban a cabo una campaña inmisericorde de odio generalizado al no catalán, pisoteando derechos en las escuelas, en los comercios y allá donde encontraban cualquier viso de españolismo. Gracias porque ayer, en las concentraciones espontáneas y no subvencionadas como otras, sin color político, escuché de nuevo "Viva España" y también "Viva Cataluña". Personas normales y corrientes, sin radicalismos, que por fin y sin distinción política decidieron salir de sus casas para hablar de unión -cuánto valor hacerlo en ciudades catalanas convertidas en viveros de gulags- y decir basta ya.

Basta de tomarnos el pelo durante años con la financiación. Gracias a todo esto, a su referéndum ilegal, a partir de ahora muchos españoles que pasaban de esto van a mirar con lupa cada día las cuentas de Cataluña, esa región española que si algo ha recibido desde hace un siglo es una lluvia de millones para, gran error, tener callados a sus dirigentes, bien sean perroflautas, burgueses o nobles, eternamente insatisfechos e insaciables. Gracias a ustedes ya todos sabemos, por fin, que cualquier euro que se mueva en favor de Badalona afectará al bolsillo en Jerez y, por tanto, habrá que estar atentos.

Gracias por el 1-O porque gracias a él hemos podido ver en toda su crudeza y en directo cómo son capaces de manipular a la sociedad desde temprana edad, llegando a utilizar a los niños como escudos humanos en colegios después de una concienzuda campaña de lavado de cerebro para inocularles el odio al español. Gracias porque algún día crecerán y verán la barbaridad que han hecho utilizando su inocencia para sus fines.

Gracias por demostrar el enorme espíritu democrático del que presumen cobrando a los periodistas por hacer preguntas en sus ruedas de prensa, algo inaudito en el mundo, que revela el concepto que tienen de la libertad de prensa. Ah, y gracias por demostrar que son un 'país' tan moderno y transparente que han comprado 'urnas' de plástico opacas en China, que son las mismas que se usan en los referéndums en Uganda.

Gracias por abrirle los ojos a Europa, que ha descubierto, por fin, que los 'libertadores' catalanes quieren levantar muros y fronteras allá donde el continente lleva siglos tratando de derribarlas, a costa de millones de vidas, como verdadero signo de modernidad.

Gracias a todo ello, a su desprecio al otro y a la Ley estando dentro de España, hoy 1 de octubre, todos los españoles nos podemos hacer una idea de lo que serían capaces algún día en caso de ser independientes. Enhorabuena, lo han dejado muy claro.

Y, por último, muchas gracias a Nicolás Maduro y a Vladimir Putin por haber manifestado que son sus mayores defensores en el exterior. Sobran los comentarios.