La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

Hijos de Arana

Si quieren entender por qué la televisión pública vasca incita al odio y al desprecio hacia los españoles lean a Arana

En las últimas elecciones autonómicas 397.664 vascos votaron al PNV, 224.254 a EH Bildu y 156.671 a Elkarrekin Podemos, otorgándoles 57 de los 75 escaños de su Parlamento. El resto se lo repartieron PP y PSOE a razón de nueve cada uno. ¿Y aún hay quien se sorprende o indigna porque en la televisión pública vasca se insulte a los españoles, bajo pretexto de humor, llamándonos lo que ustedes ya saben? Asombra la obsesión de este país nuestro por engañarse con respecto a la realidad social mayoritaria vasca. Es más cómodo, lo sé. No ha habido cobarde que no se haya justificado fingiendo que no le dolían las collejas del bravucón o hasta intentando congraciarse con él. En nuestro caso le añadimos la táctica de cargar las tintas contra los radicales para salvaguardar a los peneuvistas como conservadores sensatos y con sentido del Estado.

Sin embargo los groseros insultos vertidos por la televisión pública vasca tienen mucho más que ver con la entraña y el origen del PNV que con EH Bildu o los euskalpodemitas. ¿O acaso no reproducen casi al pie de la letra los textos del fanático racista, xenófobo, integrista y machista que fue Arana? Ah… Perdón… ¿Que Arana no tiene nada que ver con el actual PNV? Pues en parte alguna he leído que dejen de considerarlo su padre ideológico y fundador o que renieguen de sus textos llenos de insultos a los españoles, los extranjeros y las mujeres. Muy al contrario, honran y celebran su memoria, le dedican calles, le erigen estatuas y tienen su sede en su casa natal. Ni tan siquiera las feministas vascas se alzan contra quien escribió: "La mujer es vana, es superficial, es egoísta, tiene en sumo grado todas las debilidades propias de la naturaleza humana. (...) Es inferior al hombre en cabeza y en corazón. (...) ¿Qué sería de la mujer si el hombre no la amara? Bestia de carga e instrumento de su bestial pasión: nada más". Ni el eurodiputado polaco Korwin-Mikke lo supera.

Si quieren entender por qué la televisión pública vasca incita al odio y al desprecio lean a Arana. Así no les extrañará que el senador del PNV Jokin Bildarratz, para defender el programa, haya denunciado el "hábito [español] de coartar y condicionar, lo mismo que pasa con los modelos lingüísticos en Euskadi y otros ámbitos en los que parece que, si no te portas bien, toda la Brunete mediática entra a castigarte y juzgarte. ¡Ya está bien!". ¿Está claro? Pues seguiremos mintiendo.

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