EFECTIVAMENTE nos referimos hoy al tenor jerezano Ismael Jordi que viene obteniendo destacados éxitos en los escenarios españoles y europeos.

Ha sido calificado como "tenor del siglo XXI" y los mejores críticos musicales ya le han dedicado los elogios y los comentarios favorables que sus cualidades artísticas merecen. Por eso, como espectadores no expertos en temas de música, lo que queremos resaltar es la ejemplar actitud de Ismael ante estos sonados triunfos que está sabiendo tener, su sencillez, su modestia y su talante abierto, anti-divo y sincero.

En la actualidad le viene sonriendo un auténtico éxito en Madrid, representando el papel del Príncipe Pio en la zarzuela "La Generala" de Amadeo Vives. Durante toda la obra recibe aplausos entusiastas, ovaciones sonadas, vítores y bravos de despedida, etc. Fuera del escenario se lo rifan los comentaristas, los admiradores y el público en general que le felicita y le aguarda al término de la función para dedicarle personalmente los mejores halagos y enhorabuenas.

Pues bien, todo esto lo percibe y lo recibe Jordi con la mayor naturalidad, sin darle mayor importancia, con contenida satisfacción, especialmente si sus amigos jerezanos acuden a aplaudirle y saludarle.

A nosotros nos gusta presumir de paisano y a Ismael le complace mucho la presencia de jerezanos en su entorno porque -estamos seguros- le llevamos el aire y el recuerdo de Jerez su pueblo, por el que él siente auténtica devoción.

No lo disimula. Lo pregona y lo repite cada vez que tiene la oportunidad. De ahí que hoy hayamos querido dedicar estas líneas como modesta prueba de solidaridad, admiración y reconocimiento, a éste singular exquisito y elegante Embajador mundial del arte de ésta bendita tierra, sin olvidar la importante participación que tiene la Embajadora María Angeles en ésta brillante y triunfante trayectoria de nuestro tenor.