La nicolumna

Nicolás Montoya

Juegos medievales

VIENDO que en nuestro reino la monarquía sigue encumbrada, los señores feudales de nuestra sociedad, ensimismados en sus cuitas, continúan justificando el derecho de pernada medieval y las medidas autocomplacientes en detrimento del bienestar plebeyo.

Así se podría resumir tanto afán por conseguir un espíritu medieval en todo lo que nos rodea como justificación de espectáculos teatralizados a demanda de ciudadanos, que asombrados, asisten en la plaza de los pueblos a la odisea de la sinrazón. Jerez, particular donde las haya, es el mejor ejemplo: aguas sucias por las calles del centro, un perfecto mercadillo para goce de Doña Blanca, viandas y verduras por el suelo propagando olores hasta el Arenal, los armeros de la calle Armas defendiendo a capa y espada los proyectos de urbanismo en futuras murallas, caballeros ecuestres municipales luchando en juegos a lo grande en Fitur, serenos subastando baratijas y objetos de cobre expuestos en la Alameda Fortún de Torres, y mozárabes rezagados buscando entre las piedras de San Lucas un Zoco, siempre por llegar , donde guarecerse.

Pero hay ejemplos en todo el condado. En Sanlúcar, paseo marítimo con arenales hasta la Calzada, para dar mayor realismo a las dunas que cubrían hace siglos los bajos de las covachas. En Cádiz, miles de bufones espontáneos capitaneando calles en brazos de piconeras, a imagen y semejanza de bandoleros serranos, que ante el paro optan por declamar llenos de sangre y valentía. Y mauris del norte de Africa intentando alcanzar unas tierras prometidas de caciques feudales incapaces de evitar más muertes en el Estrecho.

No es una novela de Pérez Reverte, sino la realidad de la provincia del siglo XXI, la del Internet gratuito para todos, y la de las ratas de Hamelin atravesando los castillos hinchables del Altillo. Imposible que la Jerez Film Comission diga que tiene problemas para encontrar decorados para producciones. Además de naturales, gratuitos y con más de 200.000 mil extras.

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