Cuchillo sin filo

Francisco Correal

fcorreal@diariodesevilla.es

Marcianos

El sentido de la independencia lo tienen muy elevado, pero no tanto como bajo el del ridículo

Hace unos años, un libro titulado Catalunya para Marcianos se habría recibido como un producto humorístico, en la línea de las cosas que publicaba Luis Carandell. La realidad ha convertido a la ficción en una chacha de las urgencias y si uno quiere que dentro de varias décadas lo reconozcan como autor fantasioso e imaginativo no tiene más que copiar al dedillo lo que cuentan los noticiarios. Jaume Pi i Bofarull es el pseudónimo que ha tenido que elegir el autor de ese libro para poder volver sin que le insulten a la ciudad donde viven sus hijas y su editor. Alguien le debería enviar un ejemplar a Puigdemont a su casa de Berlín, donde juega a ser el mártir del imperialismo como un sucedáneo del protagonista de la novela de Alfred Döblin. Si lo hiciera se vería reflejado y encontraría enseguida modelos para Oriol Conill i Pi, el funcionario de la Generalitat que ilustra a un taxista de Guarromán, el pueblo de los pasteles próximo a Despeñaperros, sobre cómo ser un buen catalán.

El sentido de la independencia lo deben tener muy acusado, pero no tanto como bajo el del ridículo. ¿No tienen estos hombres y mujeres espejos en sus casas para verse tan mayorcitos con esas escarapelas de mesas petitorias? ¿No tienen familiares que les reconvengan, papá, mamá, que os ven casi todos los días en televisión? En este dislate de Torrent y Torra, que parece un despacho de abogados de La verdad sobre el caso Savolta, no se rigen por el artículo 155 de la Constitucion, sino por la ley de Murphy.

Artur Mas designó a Carles Puigdemont, lo sacó del anonimato gerundense; Puigdemont buscó en su chistera y encontró a Quim Torra. En virtud de esa ley, siempre existe la posibilidad de encontrar a alguien más ridículo. Desgraciadamente, no estamos hablando de personajes que se cruzan por la calle con Pajarito de Soto, el detective de la novela de Eduardo Mendoza al que encarnó magistralmente en el cine José Luis López Vázquez.

En Sevilla empezó este fin de semana la Feria del Títere. La compañía Torrent y Torra excusó su presencia porque tenía función en Barcelona, en la sede del Parlament. Estos marcianos son reales, no como los de la guerra de los mundos de Orson Welles.

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