A rienda suelta

Manuel Moure / / Mmoure@diariodejerez.com

Mentira y política

LAS FORMAS en las que es posible engañar al prójimo son infinitas. Hay quienes hacen de la mentira una forma de vida, otros prefieren usar tan útil herramienta de forma calculada y no falta quienes aseguran que no mienten nunca. Son los menos. Hay quienes sostienen que la verdad a medias es la mayor de las mentiras mientras otros defienden que una mentira repetida mil veces se convierte, finalmente, en una canallesca verdad. Si la mentira está tan vinculada a la política no creo que sea porque el político mienta de forma innata. Nadie nace mentiroso por naturaleza, pero se aprende. Creo más bien que la falta de experiencia, la 'boca caliente' y las promesas mal medidas en las precampañas han terminado en apenas 30 años de democracia con la credibilidad de los gestores de la cosa pública. Creerse una promesa ha pasado, en estos años, de ser una ilusión para el día a día a convertirse, por desgracia, en una trampa para necios.

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