DESDE LA CASTELLANA

Alejandro Daroca

Mujeres y hombres, mejor por separado

LOS jerezanos que vivimos en Madrid vamos a celebrar la semana que viene, tras este "puente" del que disfrutamos media España, la berza de la Diáspora. Ya lo sabe hasta Atilano, el de La Moderna, donde disfruté tomando café la otra tarde. Y cuando digo jerezanos, quiero decir hombres y mujeres, jerezanos y jerezanas. Aunque esto de la berza se ha quedado solo para los varones. ¿Y por qué no lo hacemos todos juntos? Se preguntan muchos y muchas de los que acuden a este evento, ya tradicional para todos nosotros.

Pues no lo sé, a ciencia cierta. Esta convocatoria se realiza desde hace más de treinta años y la verdad es que el único denominador común y aglutinante es ser de Jerez, o haber vivido en Jerez o sentirse unido sentimentalmente a la ciudad de alguna manera. No hay razones de edad, creencias, religión, estado civil o estado económico, o cualquier otra que resulte excluyente de esta convocatoria. Excepto el sexo. Porque la Berza de la Diáspora es sólo para varones y no sé si con los tiempos que corren, también hay cabida para los jerezanos gays, si los hubiera, que bien venidos sean. O sea, e insisto, no hay elementos excluyentes o diferenciadores para la asistencia a esta convocatoria, unidos todos por el amor a nuestra ciudad.

Después de los años iniciales, se creó este debate, que puede ser más ficticio que real. Pero las mujeres jerezanas, que son muchas y con muchos bríos, acabaron por reunirse ellas solas a la llamada del motivo navideño. Y aunque en su primera convocatoria no pasaron de un par de docenas, la realidad se ha ido imponiendo y cerca de un centenar de señoras acuden a la llamada de la comida, a la par que son conocedoras de la berza de muchos de sus maridos, familiares o allegados. Este año la convocatoria masculina ya saben todos que es el próximo miércoles, día 12 y el día anterior, o sea martes, 11, en el mismo lugar y hora, se reúnen ellas, con algunas diferencias. La primera y evidente es que resulta mucho más satisfactorio el panorama estético que el de los hombres. No se trata de un piropo inmerecido, sino de constatar una realidad evidente ante el deterioro que ya venimos sufriendo algunos con la edad. También hay diferencias en el condimento, porque mientras los hombres se comen una berza realizada satisfactoriamente al estilo jerezano, las señoras van con un menú, más o menos predeterminado. Y además, por señalar diferencias, los varones nos lanzamos a discursos, homenajes y ditirambos, mientras nuestras señoras cantan villancicos de lo lindo, charlan y se alegran la sobre mesa con pestiños y copas que les hacen llegar desde Jerez. No es que los hombres no lo pasemos bien, desde luego, pero pudiera parecer que el encuentro de señoras, que solo se ven de vez en cuando, inclina a desinhibirse en muchos de sus aspectos y comentarios.

Yo creo que es una discusión baladí. Las mujeres tienen su momento, sus preferencias, su estilo y los hombres el suyo. La Diáspora viene realizando homenajes a personajes jerezanos de cierta alcurnia y las señoras ponen el diapasón en sus reencuentros, en su natural alegría y en sus ganas de disfrutar. En un ámbito y en otro es la amistad y la añoranza de Jerez lo que sobresale sobre el condimento o la cantidad de copas. Y eso sí, los señores pagamos menos por ser una Asociación reconocida por la Administración andaluza como perceptora de ciertos fondos. Pero sigo pensando que mejor es separados que no revueltos y cada uno con su estilo, con tal de que la alegría llegue a cada uno de nosotros.

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