Entre paréntesis

Rafael Navas

rnavas@diariodejerez.com

Navidad de Jerez por el mundo

Desde hace más de un mes hemos tenido la suerte, el inmenso privilegio, de disfrutar en Jerez de unos días muy especiales que se viven en torno a las zambombas, en reuniones de amigos y familiares, casi sin descanso, como previo de la Navidad. Momentos mágicos en los que han faltado aquellos jerezanos y jerezanas que están fuera de la ciudad por diferentes motivos y que esta noche, de manera también muy especial, echaremos de menos aunque estén en nuestro corazón. En este mundo cada vez más globalizado y tras años de crisis económica, muchas personas han tenido que salir de su ciudad de origen, en muchos casos al extranjero, para encontrar un trabajo y un plan de vida. Son estos días de reencuentro cuando más nos damos cuenta de esa pérdida humana, y de talento, que tanto nos embarga y nos lastra desde el punto de vista económico.

No ha resultado difícil encontrar a jerezanos y jerezanas que están repartidos por todo el mundo y que, anónimamente, destacan en lo que hacen, para desear a sus paisanos una feliz Navidad hoy. Porque muchas veces, cuando pensamos en jerezanos por el mundo nos vienen a la mente grandes nombres que, es un orgullo, nos representan como grandes embajadores desde hace años. Pero no nos acordamos de aquellos que, calladamente, viven y trabajan en cualquier confín del mundo y llevan por bandera su ciudad, como prueba el hecho de que a ninguno de ellos les ha resultado difícil enviar una foto desde la distancia brindando con una copa de jerez, probablemente uno de los vinos más universales. No son, por supuesto, una excepción ni mejores ni peores que cientos de miles de españoles que residen en el extranjero y que en noches como la de hoy tenemos en el recuerdo de manera muy especial por lo que una Navidad significa.

Lo que hay que poner de relieve en días como este es que durante todo el año están ahí. No sólo por motivos de trabajo, como muchos de los jerezanos que aparecen en el reportaje de hoy, sino por otras circunstancias que en estos momentos conviene destacar y alabar. Como Paco Valencia y su mujer Terete, que hace mucho tiempo, tras su jubilación, pusieron rumbo a la India y dedicaron sus esfuerzos a impulsar los proyectos de la Fundación Vicente Ferrer. Estos días subastan los muebles, preciosos, de su casa de Jerez para ayudar a muchas personas que lo necesitan. Un ejemplo de vida no sólo por Navidad.

Detrás de tantas zambombas, belenes, reyes magos y cabalgatas que dan a Jerez un renombre en auge hay muchas personas que no pueden pisar esta su tierra durante los días que tanto brillan. Vaya desde aquí un humilde y sencillo homenaje porque los tiempos permiten que estas líneas lleguen hasta el último rincón de España y el mundo donde viven. Y si los aludidos se sienten agradecidos, mucho más nosotros por hacer grande, pese a las privaciones y los sacrificios, el nombre de una ciudad, Jerez, que nunca debe olvidarles.

Feliz Navidad. Sobre todo a quienes no pueden volver a casa por Navidad.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios