ESTE otoño tan significado por sus copiosas lluvias, esas tormentas y aguaceros y ventoleras que nos quitan las ganas de salir del estudio paraguas en mano, hemos aprovechado el tiempo para releer poemas en los que el otoño es protagonista o bien aparece como una importante alusión. Y los han escrito desde Fray Luis de León hasta Angel González, por separar generaciones en el tiempo, en las que encontramos glosando el otoño a Juan Ramón Jiménez, Antonio Machado, Rubén Darío, Francisco Villaespesa, Pablo Neruda, Hermann Hesse, Jhon Keats, Lamartine, Lafaurcade, Rafael Alberti… Y en este quehacer me hallaba, cuando un día los informativos de televisión me avisan de un hecho simpático: la Reina de España había ido a visitar una especie de granja para burros. Lo cual me pareció un gesto loable en varios sentidos. Y recordé que lo mismo que se había escrito sobre el otoño largo y tendido poética y narrativamente, también lo ha sido de los burros. Aparte del famosísimo libro juanramoniano 'Platero y yo', otros burros han sido glosados gozosamente. Recordamos al respecto y por ejemplo a los burros que rebuznan en el poema burlesco 'La Burromaquia', de Gabriel Alvarez de Toledo, escrito en octavas reales, cuya primera edición está fechada en mil setecientos cuarenta y cuatro, dentro del título general 'Obras póstumas'. El poema burlesco de Gabriel Alvarez de Toledo, constituye todo un divertimiento con estilo lírico y cultista y, por otra parte, encontramos los poemas épicos y eruditos tan de moda en aquellas calendas.

Tampoco podemos olvidar una novela fantástica, la titulada ‘Lucio o el asno’, escrita por el autor griego Luciano de Samosata, que vivió entre los años ciento veinticinco y ciento ochenta y cinco de nuestra era. El argumento estriba en que un hombre se transforma en burro por arte de magia y corre unas especialísimas aventuras. Y existe un libro, del que tenemos referencia pero no lo hemos podido todavía tener entre las manos, que lleva por título ‘Los burros o El reino de la sandez’. Tenemos entendido que apareció a principios del pasado siglo, firmado por el autor portugués José Agostinho de Macedo. Creo que es una obra compuesta de varios cantos y es una feroz reseña crítica de personaje políticos y literarios de  aquel tiempo. Nos han comunicado que satíricamente es tremendo. Esperemos que algún librero de viejo nos lo ofrezca.  Y al socaire de otoño tan lluvioso y de los versos que le han dedicado los grandes poetas, compartimos nuestra atención con el gesto de la Reina de España, interesándose por los burros, animales tan sumisos y colaboradores del hombre desde los tiempos más remotos, ahora que empiezan a contarse con los dedos de la mano. La Asociación Ecologista de Defensa del Borrico, se habrá sentido complacida y apoyada por la presencia de la reina española en sus lares, durante este otoño que todavía tiene cuerda para rato y versos que leer, porque dura ochenta y nueve días y veinte horas.