Los que nos gusta viajar en ferrocarril, aunque sea hasta el apeadero de Valdelagrana, sabemos que en el tren te puedes encontrar de todo y asistir a los más disparatados espectáculos. De las cosas que más molestan en un viaje es un grupo de niños incontrolados dando lata y mostrando las muchas carencias que impone esta sociedad nuestra donde casi todo está permitido. En cuarenta años de maestro de escuela han sido pocas veces las que he llevado a mis alumnos de excursión en un tren precisamente por no crear situaciones que puedan molestar a los demás viajeros. Este fin de semana he podido comprobar que peor que unos niños incontrolados en un tren es un grupo de personas mayores, de excursión jubilar - de jubilados -, en viaje con un destino jocoso. Ya fue toda una odisea surrealista cuando, al principio del viaje, los entrañables "mayorcetes " fueron a colocar sus equipajes. El tren les parecía insuficiente para poner sus bultos. No fue fácil para el empleado convencerlos de que las maletas no podían ir en los pasillos ni en sitios donde entorpecieran la movilidad. Pero eso no fue nada con lo que pasó cuando el tren se puso en marcha. Cuatro señoras del grupo vociferante se dispusieron a jugar a las cartas. Al comprobar que el coche no disponía de mesa donde plantar sus envites, se acordaron, en voz alta, del que había diseñado el compartimento y no había pensado en que ellas tenían que jugar al mus. En tres interminables horas nadie supo nada más que de órdagos, de envido, de paso y de todo aquello que, al parecer, interviene en el dichoso jueguecito. Nadie en el vagón pudo dormir ni leer ni escuchar música ni ver el paisaje - porque, además les molestaba la luz y bajaron impunemente las persianas - ni siquiera ir al servicio pues, para colmo, las jugadoras tenían al resto de sus compañeros como público enfervorizado, ocupando todo el pasillo. Yo, sólo me acordaba de esas criaturitas angelicales que, de vez en cuando, te encuentras en el tren y que son dechados de comportamiento comparados con los vociferantes pensionistas.

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