Pelillos a la mar

¿Quién piensa en su perro como un complemento; y, en concreto, como uno estético?

Entre que no vamos a pasarnos la vida hablando de Pablo Iglesias y que nadie tiene ningún empeño personal en que le corten nada a ningún animal, el discurso parlamentario de Pablo Iglesias a favor de la ley que prohibe cortar los rabos de los perros se ha comentado muy poco, aunque daba mucho juego. Su apoyo a los agresores de Alsasua y su exigencia de que se suprima el delito de enaltecimiento del terrorismo, nos condenan a hablar de él demasiado y con su mismo gesto adusto. La tentación entonces es decir "pelillos a la mar", y dejar fuera lo de los rabos.

Pero, sin entrar en una hipótesis lúdico-freudiana que relacione la cosa con su icónica coleta, ese anatema absoluto contra la práctica de cortar el rabo a ciertas razas no es coherente ni consistente. Los que defienden que hasta el rabo todo es perro y que tocarle un pelo es una animalada y una traición por la espalda son los que sostienen que la naturaleza humana es plastilina y que es fascismo toda sugerencia de un mínimo respeto a la condición originaria del hombre. ¿No deberían protestar al menos con la misma fuerza contra la exodoncia, la cirugía estética, el trasplante de órganos y demás; sin entrar, porque este artículo se pretende ligero, en el aborto o en el enaltecimiento, precisamente, del terrorismo?

Tampoco es consistente: las razas de perros que solían ver cortados sus rabos son producto de la crianza humana mediante una concienzuda selección genética mucho más radical. La mayoría de esas razas están pensadas para la caza y el rabo largo suele causarles problemas. La estética -contra lo que piensa Iglesias- ha venido después, cuando el arquetipo de esas razas se ha identificado con su rabo recortado por razones funcionales.

Tampoco deberíamos cortar una parte del discurso que Pablo Iglesias dedicó al asunto que se nos ha quedado atrás. Clamó contra la amputación porque los perros no son "complementos estéticos a la virilidad de nadie". Qué bizarra asociación de ideas. ¿Alguien ha pensado alguna vez en su perro como un complemento; y, en concreto, como uno estético; y, particularmente, a su virilidad? No sé, puede ser, pero entonces, ¿qué tiene que ver el rabo cortado?

Son muchísimo más graves sus posturas sobre el terrorismo, sin lugar a dudas; pero estas declaraciones sirven para ver cómo menea la lógica el líder de Podemos. Al fin y al cabo, creo que conviene calarlo por un lado y por el otro.

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