La colmena

Magdalena Trillo

mtrillo@grupojoly.com

Políticos insomnes

Los votantes del PSOE son los que más se entristecen y deprimen; los de Ciudadanos los que más se medican

Estrés y ansiedad. Pérdida de atención y malestar general. Disminución del rendimiento laboral. Nerviosismo e irritabilidad. Esto es lo que le pasa a la gente normal cuando sufre de insomnio. La propia OMS lo ha llegado a catalogar como enfermedad, es la patología más común entre los trastornos del sueño y se convierte en toda una epidemia a las puertas del verano cuando confluyen los efectos de las alergias con la astenia primaveral.

¿A los políticos les influye igual? Sí y no. Porque pocas veces tiene relación el plano que nos enseñan con el que hay, lo que dicen con lo que piensan y, sobre todo, lo que predican con lo que practican. Lo realmente curioso se produce cuando conectamos la neuroquímica con la ideología y asociamos las inclinaciones políticas con las actitudes vitales de los ciudadanos. Lo acaba de hacer un compañero de La Vanguardia arrojando más luz sobre la enloquecida deriva de la esfera pública que cualquier encuesta del CIS: los votantes del PSOE son los que peor duermen y más se deprimen; los de Ciudadanos son los que más se automedican; los afines a Podemos son los que más recurren a tratamientos alternativos y los soberanistas, los que se declaran más felices y sueñan mejor.

Es un problema de insomnio pero también de falta de coherencia. Y de miopía. Con permiso del certero diagnóstico de "aprovechategui" que le endosó Rajoy, Albert Rivera nos dio este domingo una sugerente clave para interpretar el desnortado tablero partidista: ponernos gafas. El PP, por ejemplo, debe verlo todo negro: no hay ni una sola encuesta que lo salve de una agónica caída acentuada por el fango de la corrupción, los másteres fantasmas y las crecientes críticas de inmovilismo e incapacidad. Los socialistas se han estancado en el gris: se cumple justo un año de las convulsas primarias en el PSOE con un Pedro Sánchez replegado y a la defensiva. No hay líder ni liderazgo. Lo "decisivo en los toros" será "la faena del matador" -dice Page- pero no ayuda que los banderilleros no preparen el terreno para "rematar". ¿Nos extraña que sus votantes se sientan tristes?

Podemos va de marrón en marrón -justo cuando en Madrid más se tambalea la derecha, hacen de pirómanos y convierten un problema personal en una cuestión nacional de "dignidad" y de descrédito- y, mientras los independentistas siguen viviendo en Cataluña su particular cuento rosa de República, la formación naranja se apropia de todo el fulgor del arcoíris. "Recorriendo España yo no veo rojos y azules, veo españoles". Lo ha escrito Rivera en Twitter pero es otra cosa lo que quiso decir: ve votantes de Cs. De todos los colores. Medicados y felices.

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