Llevo más de treinta años dedicándome al mundo del Arte; en este tiempo he visto de todo, artistas muy buenos, buenos y hasta ejemplares realizadores con buena mano pero escasas luces creativas, de esas que no te hacen saltar de emoción ante la contemplación de la obra por ellos realizada ; también he visto obras muy malas de autores - no digo, porque no los son, artistas - con pobres recursos técnicos y cortos argumentos. He tenido, porque era mi obligación hacerlo, que dar mi personal opinión sobre la realidad de unos - los grandes - y de otros - los que su trabajo no daba para más -. Sin embargo debo decir, con todo el énfasis del mundo, que la profesión artística es inmensamente generosa. Lo he comprobado en múltiples ocasiones en las que he solicitado de los artistas su contribución para causas de necesidad. Siempre han respondido con solicitud y absoluta generosidad. Todo es digno de alabanza en unos momentos en los que la esquiva economía actual ha supuesto para lo artístico un duro golpe. Cuando se tiene lo justo para vivir, los esplendores del Arte se apagan y cuesta andar el camino diario. Aún así, los artistas siempre han ayudado. Hace unos meses que se está organizando una exposición para ayudar a un pequeño - Selin - con una grave enfermedad que necesita, con urgencia, una costosa intervención. Se hizo el llamamiento y el universo artístico, como era de esperar, no ha dudado y ha respondido con entusiasmo. Los artistas se han volcado con el proyecto solidario y se ha podido conseguir un conjunto de muy buenas obras que podrán adquirirse, en el Tabanco Plateros, en una exposición abierta con tal fin. Sé de la calidad de las obras y de la oportunidad que supone para hacerse con piezas de artistas importantes, a un precio más que asequible. Y es que, como siempre, los artistas han dado muestras de su infinita generosidad.

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