LAS pasadas elecciones municipales representaron no sólo un profundo cambio en la composición de la Corporación y el Gobierno de Jerez, sino también un importante giro en los modos y maneras con que hasta entonces se ejercía el liderazgo institucional y social en la ciudad.

A lo largo de estos meses, la sociedad jerezana ha apostado por abrirse al territorio que Jerez lidera por derecho propio, y por establecer nuevos y estrechos vínculos con organismos, instituciones y entidades diversas desde los principios de la colaboración y la cooperación leal. Pero esto no siempre ha sido así.

Por diversos motivos, Jerez parecía hasta ahora condenada a no alcanzar nunca grandes acuerdos estratégicos que sobrepasaran los intereses y capacidades de cada parte implicada en hacer avanzar Jerez.

La desconfianza, la antipatía, cuando no directamente la confrontación abierta, han presidido en el pasado las relaciones institucionales entre el Ayuntamiento y los distintos Gobiernos de Andalucía y España. Por su parte, el clima entre los agentes sociales y económicos parecía siempre enrarecido por los recurrentes conflictos en nuestro tejido productivo, con lo que el diálogo social se antojaba más difícil aquí que en otras ciudades.

Ambas circunstancias han frenado sin duda el desarrollo y el empleo en Jerez. La buena noticia es que, por fin, está al alcance de nuestras manos superar la una y la otra.

La concertación social es ya una realidad en Jerez, lo que por sí sólo demuestra que la sociedad jerezana ha sido capaz de poner orden en casa, y establecer un nuevo modelo interno de liderazgo institucional, social y económico basado en la cooperación y la colaboración.

También por primera vez en nuestra historia reciente, el Ayuntamiento de Jerez ha disfrutado de una relación normalizada con los Gobiernos de España y de Andalucía. Y de nuevo ha sido posible por la capacidad y el deseo de cooperar y colaborar de las tres Administraciones públicas.

Ahora, los ciudadanos están a punto de decidir, con sus votos, si quieren que Jerez se siga beneficiando del liderazgo institucional y político de José Luis Rodríguez Zapatero y Manuel Chaves. Decidirán si quieren mantener esta perfecta conexión, inédita hasta ahora, entre los tres grandes centros de decisión del Estado: el Gobierno de España, la Junta de Andalucía, y el Ayuntamiento.

Gobiernos que defienden el mismo modelo de sociedad, que manejan los mismos instrumentos para promover el bienestar social, el empleo y la riqueza, con idéntico concepto de la cooperación institucional, necesariamente lo tienen -lo tenemos- muy fácil para ponernos de acuerdo en beneficio de los ciudadanos.

Los jerezanos y las jerezanas saben bien lo que les conviene, lo que necesitan, lo que más y mejor puede impulsar el despegue definitivo de Jerez, el empleo, la educación, las infraestructuras, los equipamientos, la formación, los grandes proyectos de Ciudad y de futuro, las viviendas protegidas, la cultura, la convivencia, la seguridad.

La ciudadanía sabe que la unión y la colaboración hacen la fuerza, también entre administraciones públicas. Que la gran empresa colectiva de construir Ciudad no se puede fiar al albur de unos resultados electorales contrarios al interés general de Jerez. Los ciudadanos no permitirán, en modo alguno, que sus intereses vuelvan a ser usados como arma arrojadiza en el enfrentamiento partidista.

Hoy por hoy, sólo mi partido, el PSOE, puede garantizar la defensa de los derechos, aspiraciones y retos de Jerez, su liderazgo económico y social en el territorio, y su integración plena en el escenario de las grandes decisiones, las grandes inversiones, y la articulación estratégica de España y Andalucía.

Por todo ello, y si así lo quieren los jerezanos y las jerezanas, el próximo 9 de marzo podremos decir que ha llegado la hora de Jerez. La hora de votar por Jerez.

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