Pedro Pacheco ha anunciado que vuelve a la política andaluza -tranquilos, no a la local- después de haber mantenido ocho meses de silencio tras el desastre en las elecciones municipales. Muchos, entre los que me encuentro, auguraron entonces una retirada definitiva de la vida política del 'enorme', pero puede que la actividad de la banca -en la que se va a prejubilar- carezca de la suficiente adrenalina o que el triste espectáculo de los andalucistas para estas elecciones le induzca a tirarse al ruedo. Si el veterano político, que ha hecho las veces de una Penélope andalucista al tejer y destejer proyectos, es capaz de participar en una iniciativa para relanzar una opción política que amortigüe el bipartidismo, será bien venido por higiene democrática. Así y todo, no olviden que al PSOE-A siempre le interesará un partido andalucista a mano, con dirigentes conocidos, para cualquier eventualidad, y a su vez cubren un espacio político antes que lo ocupen otros mejor pertrechados y organizados, pero no controlables. Además, el patio está muy aburrido y Pacheco no elude comparar a Julián Álvarez con "el Obama blanco" del andalucismo. Esto promete.

De locos

No es por fastidiar, pero a mitad de esta semana leí en Diario de Sevilla un gran titular en primera página que decía: "El tranvía de Plaza Nueva a Santa Justa costará más que el Estadio Olímpico". La inversión para construir este transporte público asciende a 142 millones de euros, mientras que el Estadio Olímpico de Sevilla, una magnífica obra aunque inmoralmente infrautilizada, alcanzó los 123 millones de euros. Pero es que lo escandaloso de esta cifra no queda ahí, ya que esta fabulosa inversión es para que el tranvía recorra la friolera distancia de 4,3 kilómetros, calculándose que la duración del trayecto sea entre 15 y 17 minutos. Ya puestos a gastar dinero, les añadiré que estos días también se tendrán que dejar una pasta gansa en desmontar las catenarias del tranvía actualmente en servicio, que une los 800 metros entre la Plaza Nueva y la Puerta de Jerez, para que puedan desfilar los pasos de Semana Santa, fechas en las que, obviamente, no habrá un servicio normal. Si no recuerdo mal, la alcaldesa Pilar Sánchez quiere poner en Jerez el mismo invento entre La Granja y el Hospital. Vayan haciendo números.

El incendio del catastro

El Ayuntamiento ha tenido que llamar a un bombero de excepción para intentar sofocar un fuego que la alcaldesa intentaba apagar inútilmente a manotazos. Que yo sepa, el director general del Catastro no anda por ahí de gira por España explicando ciudad por ciudad sus problemas puntuales y, ni mucho menos, concediendo medidas excepcionales, como admitir todo tipo de recursos "incluso fuera de plazo". Esta es la radiografía de algo mal hecho hace años y de no saber gestionar adecuadamente un asunto que el equipo de Gobierno sabía que venía y que no supo o no quiso comunicar, ya sea por la coyuntura económica de la ciudad o por las 'fechas sensibles' en las se iban a producir. La inmediata presión de la opinión pública tuvo efectos rápidos: las explicaciones del director general y un 'airbag' de la alcaldesa para amortiguar al susto. Sobre las promesas hechas estos días sobre la evolución de las cargas impositivas, de las cuales no tenemos por qué dudar, siguen siendo eso, promesas, y, por tanto, sujetas a la evolución del deshielo del casquete polar.