SEGÚN nos cuentan se ha acabado la crisis. ¿No lo han oído?, sí, sí, hay unos indicadores que permiten vender que se acabó lo malo y que los bancos ya no tendrán que pasar la fatiguitas de la muerte para ganar dinero. Qué cosas.

Tiene su gracia porque el año pasado nos fuimos de vacaciones de verano y a la vuelta nos encontramos con esa debacle económica urdida al calor de los chiringuitos financieros. Nadie esperaba que saltara así, como el levante, en un segundo.

Este año ocurre el fenómeno inverso, nos vamos de vacaciones y nos cuentan que la crisis se va, que ha tocado fondo. Pues vaya. Yo me creía que era una crisis mundial económica, financiera, de modelo, y sobre todo moral.

Parece que mientras algunos frívolos nos hemos paseado por la playa, otros, los gurús de la economía mundial, han proclamado solemnemente que la crisis se ha acabado y todo por unos brotes, indicadores, índices… que ni usted ni yo sabemos de qué van. Se han retirado de "ejercicios espirituales" y han renovado solemnemente sus votos a la economía de mercado. En eso consistía la depuración moral, en volver a empezar de nuevo el mismo modelo especulativo. Hay que hacer creer a los pobres que lo malo se ha acabado para que vuelvan a ganar dinero los ricos.

Deberíamos estar contentos y sacar en procesión a San Judas Tadeo en agradecimiento por el milagro. Sin embargo las últimas insinuaciones del gobierno de Zapatero proclamando el final de la crisis pero dejando caer la posible adopción de medidas impopulares me hacen pensar que la cosa en España está fea de verdad.

Como no estará de fea la situación para que se anuncie una posible subida de impuestos y la congelación de salarios de los funcionarios dejando atrás la época de los cheques regalo para todos, sin distinción.

Menos mal que en Jerez vamos a contar con un "carril-bici" para poder salir pedaleando de la crisis ¿Qué más se puede pedir?

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