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Tribuna libre

Francisco Camas Sánchez

La agonía del movimiento vecinal ( y II)

EN la ciudad se ha dado un nivel de multiplicación de AAVV que superan la capacidad operativa funcional y racional que debería tener el asociacionismo en la sociedad actual. Por intereses partidistas se han venido alentando la duplicidad de asociaciones en un mismo barrio o zona con pequeño perímetro de influencia, porque cuando una AAVV no era afín al poder, el partido opositor fomentaba la creación de otra. La ciudad llegó a contar hace pocos años con casi 1000 asociaciones y colectivos. En el listado de agosto de 2007 había inscritas 834 que, con las últimas actualizaciones a las que obliga la Ley de Asociaciones, descendieron a una cifra cercana a las 500 asociaciones y colectivos con los que cuenta actualmente Jerez, un número que sigue pareciendo muy elevado.

En las Jornadas sobre Transformación de los Barrios y el Movimiento Vecinal celebradas en Jerez en Noviembre 2004, participaron miembros del movimiento asociativo y vecinal del Barrio de la Mina (de más de 15.000 habitantes) de Sant Adría del Besós, en el "cinturón obrero" de Barcelona. En sus ponencias expusieron sus reflexiones sobre lo atomizado del movimiento asociativo de Jerez y se sorprendían de que, por ejemplo en la Zona Sur, existiesen 8 o 10 AAVV, más otras tantas sectoriales de mujeres, mayores, deportivas... Se apostaba allí, en territorios de dimensiones parecidas, por Plataformas de Entidades Ciudadanas que, superando lo estrictamente vecinal, actuaban funcionalmente como una única y potente asociación (estructurada en secciones y vocalías sectoriales de mujer, cultura, deporte...). Otro capítulo que se puso de manifiesto en las jornadas fue la participación en los cuadros y en los equipos de asesoramiento de las asociaciones de profesionales ligados a la Universidad o a Proyectos de Desarrollo Comunitario. En fin, otro mundo. ¿No podemos en Jerez aspirar a construir también ese modelo de participación?.

El Consejo de Ciudad o los Consejos Territoriales de Distrito pueden ser órganos de participación que al amparo de la Ley de Grandes Ciudades, pueden suponer foros que superen el actual Observatorio Ciudadano que contempla el vigente Reglamento de Participación Ciudadana y que en la práctica se nutrió de representantes de las Asambleas de Presupuestos Participativos que pueden ser poco representativos del "territorio". Con este panorama, tal vez sea necesario preguntarse ¿Son las AAVV únicos portavoces del tejido asociativo?, ¿qué limites tiene lo vecinal?, ¿definimos: Vecinos vs. Ciudadano?, ¿de qué deben ocuparse?, ¿es necesaria una reorganización del asociacionismo en general y del vecinal en particular? Si no se pone un poquito de sentido común, podemos contemplar a corto plazo, que cada Comunidad de propietarios va a querer ser AAVV o interlocutor con el Ayuntamiento para resolver sus asuntos.

Abordar la situación de las asociaciones en Jerez requeriría de un amplio consenso entre las fuerzas políticas y los agentes implicados sobre la base de un proyecto que englobe: el análisis de la situación actual, la estrategia para un mejor aprovechamiento de los recursos y consideración del valor de la participación ciudadana. ¿Quién quiere tomar la iniciativa?

En nuestra ciudad el nuevo gobierno local tiene una oportunidad de oro, para hacer frente al futuro de las asociaciones vecinales si es que de verdad lo considera vertebrador y parte esencial de una sociedad democrática saludable. Para ello, podría empezar por acometer un proyecto que dé protagonismo y realce la labor que hacen las AAVV. De forma que se empiece a invertir el proceso degenerativo y en las cabeceras de las pancartas dejen de reaparecer como novilleros, inveterados matadores de toros.

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