Cosas que pasan

Ricardo Castillejo / Rcastillejo@grupojoly.com

Un año redondo

QUERIDOS Reyes Magos: Este año creo que no me he portado todo lo mal que podría haberlo hecho pero, por si acaso tenéis dudas, voy a hacer un ejercicio de humildad y, en lugar de para mí, os pido algunos regalitos para gente que, llevando al límite la generosidad, ni siquiera conozco.

La primera de la que me acuerdo, que tiene pero más le falta, es Victoria Beckham. Y no me refiero a dinero ni a fama, que en eso anda sobrada, sino a carne, a chicha que rellene ese cuerpo poco serrano del que, en el momento en que cualquier trapo lo aprieta un poquito, salen más pellejos que los del cuello de un pavo. Así que, sintiéndolo mucho, éste -el pavo, y otras chacinas que suelo dejaros en el salón para alimentar a vuestros cansados camellos-, ponérselo a ella en un bocadillo porque creo que le hace bastante más falta.

¿Se acordará la Spice de su amiga Ana Obregón? Barbie geriátrica creo que llamaba a esta muñeca para la que os solicito unas par de raquetas de ping-pong con las que pueda echarse unas partiditas con su Ken, digo Darek, que por mí se queda sin regalo. Ha triunfado en el 2007 y, mucho me temo, el 2008 no se va a quedar corto en parabienes. ¡Ah! Lo de las raquetas es para que Anita aproveche las dos pelotas que, da la sensación al menos, se ha metido en cada cachete de su siempre sonriente caraý

¿Qué más? Pues algo también para nuestra Familia Real que, poco a poco, cada vez está más en boca de todos y, de apenas ser mencionados -a no ser que se tratasen de excelencias-, ha pasado a ocupar portadas de publicaciones satíricas, programas y revistas del corazón o cachondeos internacionales a ritmo de un rap que parece decirmeý "¿Por qué no te callas?". Por todo ello, enviadle a don Juan Carlos, como cabecilla del clan, una sincera felicitación en su setenta aniversario y unas velas blancas para sembrar positividad en su entorno.

Las dos negras reservármelas a mí y a los que, como yo, se dedican a hablar más de la cuenta de cuestiones apenas trascendentes. Es un sino duro pero inevitable.

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