CON MALA UVAla columna

José Rodríguez Carrión

La bota de los turbios¡Es posible!

Por mucho que arrecie el frío, no hay duda que hay personas que echan valor al termómetro, en este caso para no perderse un paseo turístico por la ciudad, aunque sea 'seminocturno'. Estas mujeres tan preparadas contra el frío van en un tren doto, conociendo otro punto de vista o forma de observar la ciudad, la de Jerez de noche, aunque PASCUAL haya captado la imagen apenas pasadas las seis de la tarde.

ESTAMOS en el Día Mundial contra el Sida. A muchos esta enfermedad puede parecernos lejana, algo que acontece por ahí, pero no aquí. La realidad no es así. El contagio por VIH existe en todas partes, pero aquí tenemos la suerte de que haya organizaciones como Siloé, que se encargan de que quienes padecen dicho contagio cuenten con las mejores garantías de tratamiento médico y sobre todo, e igual de importante, tratamiento humano. Y es que como dice mi amigo, bastante tiene ya quien está contagiado por el maldito virus para además tener que soportar el estigma con que en demasiadas ocasiones la sociedad castiga a estos enfermos.

A mucha gente le da repelús que se hable de esto en su presencia. Sumémosle el enorme desconocimiento que muchos tienen sobre cómo se contagia y cómo no se contagia el virus. Cuando todos tengamos claro que no pasa nada por saludar, besar, abrazar, hablar, etc. a personas contagiadas, que sólo cuando hay intercambio de fluidos hay riesgo, quizás seremos capaces de tener menos miedos y tratar a los portadores con menos aprensión. Además, con información comprobaremos que no sólo por determinados consumos o prácticas sexuales se produce el contagio, que hay quien lo adquiere en su trabajo con personas enfermas a las que intenta ayudar. Sea uno u otro el caso, lo cierto es que en este Día Mundial contra el Sida los jerezanos hemos de mirar a nuestro alrededor y darnos cuenta de que todos podemos hacer algo contra la enfermedad. Desde ayudar a las asociaciones que trabajan con estos enfermos, hasta obtener y sobretodo transmitir información. Pero eso sí, una información cierta y veraz que destierre para siempre el riesgo de exclusión de estos enfermos y que la perversa enfermedad deje de afectar socialmente a quien la padece.

Nadie es invulnerable y si se van a realizar determinadas prácticas, y sabemos que se hacen, hay métodos para evitar el contagio. Al margen de creencias e ideologías, seamos capaces de convencernos de que evitar el sidaý ¡es posible!

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