CON MALA UVAla columna

Begoña García / González-Gordon

La bota de los turbiosInalcanzable Talgo

Una de las principales quejas -y con razón- de las personas que llegan a Jerez en coche es que la ciudad está muy mal señalizada... Pero hace apenas unos días que las cosas han variado y han comenzado a ser cambiadas las señales para, de esta forma, ayudar a los conductores en vez de liarlos. En la foto de PASCUAL, unos operarios cambian ayer señales en la glorieta de la bodegas 'Las Copas.

NIÑAS, por Dios, los billetes. Espabilad, que os quedáis sin. Es la eterna canción cada vez que se acerca un puente, unas vacaciones, o cualquier fecha en que, siguiendo la ley natural moderna, los españoles nos desplazamos en manada. Tratándose de viajar de Jerez a Madrid, o viceversa, no puede uno relajarse. Conseguir una plaza en el Talgo no es moco de pavo. Hay que estar al acecho con meses de antelación, llamar continuamente a RENFE para averiguar cuándo se ponen a la venta los billetes, escuchar una y otra vez que no quedan, y seguir intentándolo por si alguien devuelve alguno. Sin desfallecer.

Parece mentira que ir tan cerquita cueste tantísimo trabajo y haya que programarlo con tanta antelación. Yo, cada vez que lo sufro (en carnes propias o en la de alguno de mis hijos) siempre me encuentro iracunda y despeinada, haciéndome la misma pregunta. ¿Es tan difícil aumentar las plazas del Talgo? ¿No se le pueden añadir un vagoncito, o dos, o tres, o los que hagan falta? ¿Es realmente necesario dejarnos en tierra o hacernos pasar este calvario? O por el calvario de coger el AVE, que no me dirán que no es un enredo para los que vivimos en Jerez.

Pensando estaba en llamar y mis hijas para recordarles el "niñas, por Dios, los billetes", cuando apareció Magdalena Álvarez en televisión. Cuando sale, es de las pocas veces que no me alegra oír hablar andaluz en los medios de comunicación. Lo siento, no me hace gracia que, a la actual ministra de Fomento, se le note tanto que es de esta tierra. Y se me ocurrió lo estupendo que sería, que aumentara la capacidad del Talgo estas navidades. Su popularidad -tan bajo cero- seguro que subiría como la espuma. Comiendo en su mano, nos tendría. Yo por lo menos me congraciaría con ella, y no te digo, ya, los estudiantes.

Que alguien me ayude (y la ayude) proponiéndoselo. Si lo hiciera, no me importaría incluso que dijera, que la feliz idea ha sido suya.

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