Repasábamos en nuestro anterior artículo las grandes encinas (Quercus ilex/rotundifolia) que quedaban en nuestra ciudad. Íbamos a comentar los otros grandes ejemplares del género Quercus; el quejigo y el alcornoque.

El quejigo es, en mi opinión, uno de los árboles más bellos de la provincia. Existen dos quejigos en nuestros bosques: el Quercus canariensis o quejigo andaluz o moruno, y el Quercus faginae o quejigo común o valenciano. Ambos cohabitan en nuestras tierras siendo el quejigo moruno más propio de terrenos ácidos, o sea al Sur de nuestra provincia, y el quejigo común, más abundante en las zonas calizas del Parque Natural de Grazalema. No son excluyentes totalmente por el tema edáfico y de hecho se hibridan con mucha frecuencia.

Árbol muy ligado a la historia de la Marina Española, puesto que era muy empleado para la construcción naval, se comenta que una gran cantidad de quejigos de los montes de Alcalá de los Gazules y de Jerez reposan en el mar del Norte y en el Mar de Irlanda, ya que gran parte de los navíos de la mal llamada Armada Invencible estaban construidos con maderas de los Montes públicos de dichas poblaciones. En el Siglo XVIII, la Marina señalaba los árboles con portes notables y esos marcados eran intocables, por su futuro destino para madera y sobre todo para mástiles de los galeones de esa época. En Jerez tenemos algunos ejemplares interesantes. Hay uno en una parcela entre la avenida de la Cruz Roja y la calle Gibraltar. Por cierto, casi cubierto por una gigantesca hiedra (Hedera helix) que puede poner en riesgo su futura viabilidad. Me informa J.M.Amarillo de la existencia de otro ejemplar en un jardín particular del barrio de san Miguel. Notables también los plantados en un jardín público en el final de la calle Pizarro intersección con la barriada de La Plata. Y excepcional el conjunto plantado en el Parque de la Plata de ejemplares escayolados procedentes de los Montes Propios. Los quejigos son marcescentes, o sea, conservan las hojas muertas hasta que brotan las nuevas .Ahora están en esa fase. Tienen los árboles un verdor excepcional. Es un espectáculo que nadie debería perderse.

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